Por segundo año consecutivo y camino de convertirse en una tradición, el mundo de la jota se quiso despedir de la Virgen del Pilar en el último día de unas fiestas que han sido en las que el baile y el canto tradicional aragonés han estado más presente que nunca.

Las 500 sillas que había habilitado el Ayuntamiento de Zaragoza a los pies del manto florido de la Virgen se quedaron escasas ante el numeroso público que acudió en la tarde de ayer a la plaza del Pilar a ver el abrazo. El acto, en el que intervinieron alrededor de 200 joteros, sirve también como punto de encuentro y de presentación del trabajo de los principales grupos folclóricos.

Conforme comenzaron a sonar las jotas en el improvisado escenario más gente acudió a los alrededores de la Virgen formando una bonita estampa que dejó imágenes muy emotivas. A diferencia del pasado año, cuando el Abrazo se realizó en el interior de la Basílica del Pilar, en esta ocasión el ambiente que se respiró fue mucho más festivo. El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, presidió un acto en el que participaron la asociación folclórica El Pilar, los grupos Puente de Piedra, Estilo d’Epila y Estampa Baturra, las rondallas de Luceni, Santa Isabel y Bajo Gallego, Vientos de Aragón, la Escuela de Estela Alarcón y la Escuela de la familia Morales García.

Las actuaciones fueron transcurriendo entre los aplausos del público hasta que llegó el momento final en el que todas las personas asistentes, incluidos los grupos participantes, cantaron juntos la ‘Plegaria aragonesa’ para despedir las fiestas con ese abrazo simbólico a la Virgen del Pilar. Se cierran así unas fiestas en las que la jota ha sido la gran protagonista. En su camino para ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, la música tradicional aragonesa ha vivido días intensos que seguro sirven como un impulso para lograr el ansiado objetivo. Desde el pregón hasta este figurativo abrazo, pasando por los certámenes y por las actuaciones por la ciudad, se ha demostrado que la jota está más viva que nunca.