Crítica de la sexta de la Feria del Pilar: Limpia de cercados, refugio de veteranos

Corrida concurso de ganaderías. Es escuchar ese enunciado y oir al fondo una sentencia que cae a plomo: «limpieza de corrales, seguro».

Apriorísticamente puede sonar hasta tendencioso, mal intencionado, pero la experiencia nos confirma, una vez más, que hay mucho de fundamento en tal dictamen.

Si para traer una corrida de una sola ganadería el montón de bichejos que se desembarca y reconoce en corrales resulta de dispares -y disparatadas- hechuras las más de las veces cómo no va a haber un sindiós de apariencias en el que se confirma que es el festejo peor tratado y con reses seleccionadas a la baja y por jurdós de toda la temporada.

Lo que nació con la esperanza de anclar y salvaguardar un porcentaje del torismo que siempre caracterizó a la plaza de Zaragoza con una corrida categorizada, cuidada, ejemplar, se ha convertido en un fecha para cumplir el pliego y salvar el presupuesto del modo menos oneroso posible. Con toros cuanto menos destartalados, muchos de ellos salvados de ir a las calles. Con carteles fuera de vigencia, refugio de veteranos.

Pinta menos que un requeté en la zona roja

Porque Manuel Jesús 'El Cid' (50) ayer en Zaragoza pintaba menos que un requeté en la zona roja. Nasti.

Sin embargo se coló por alguna razón en los planes de esta empresa tan creativa. Luego, como el torero de Salteras tiene una flor... allá (circunstancia asumida desde antaño en el toreo) sorteó el único toro que embistió en toda la tarde.

Fue un moñaco menguado de carnes, chiquitín. El más estrecho y reunido de todos. Cinqueño, muy protestado. Tan derrengado que El Cid, más listo que el hambre, puso de muuuuy largo al caballo en una innecesaria vara a pesar de la tormenta sonora reclamando pañuelo verde para intentar salvarlo de la devolución. Lo consiguió.

Luego en el trasteo, el toro siguió la roja franela con una suavidad y un ritmo sostenido de escándalo. Y_El Cid se recreaba llevándolo templado por le lado derecho en dos series de toreo de salón. Y lo pasó por el lado zurdo y también aunque con unos viajes menos escandalosos.

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Esta vez lo cazó con la espada y sumó una oreja.

Antes se le había atragantado un manso (a quién no) de Juan Luis Fraile que entró a última hora por el toro de Pablo Mayoral.

Como director de lidia figuraba un Antonio Ferrera (46) curtido en mil batallas y cuyo sello tan singular como a veces estrafalario constituye marca propia. Usando, por ejemplo, un horroroso capote de seda en dos tonos de verde o vistiendo sin apenas oro con remates en negro. Allá él.

Al primero de Concha y Sierra lo lució en el caballo. El toro cumplió sin más y no fue de los peores ni en varas ni luego en la faena de muleta. Que comenzó bien a izquierdas para ir vulgarizándose antes de rendirse muy pronto y obligar a Ferrera a una persecución grotesca.

Tampoco ante el de Peñajara, feo por donde lo miraras, alto, esbelto, enteco... El toro no fue nadie.

Y Ferrera ni lo vio ni quiso saber de él. Hasta que le pitaron por pelmazo y optó por darle acero de Toledo.

A porta gayola

Más torero anduvo toda la tarde Morenito de Aranda (39). Ante el sexto -cinqueño, cómo no- de Gavira, después de irse a porta gayola y ser ignorarado por el toro se vio persiguiéndolo para someterlo con el capote con un oficio chachi de los que ya no se ven a menudo. Capítulo uno del catecismo torero: la inteligencia del hombre puede a la brutalidad del toro. Cumpliose en ese sexto.

Con el sobrero(también de Gavira) escarbador, reservón, chungo, hubo de tirar de kilometraje y ver plaza. No naufragó pero no hubo qué. Eso sí, se respeta vistiéndose de torero. En eso, otro diez. 

LA FICHA

CONCURSO DE GANADERÍAS: Toros de Concha y Sierra (5,5); Juan Luis Fraile (3); Salvador Gavira (0) sustituto del anunciado de Fco. Galache; Peñajara (4); La Palmosilla (7,5) y Salvador García (5).

ANTONIO FERRERA: Vuelta tras leve petición y pitos tras aviso.

MANUEL JESÚS 'EL CID': Silencio y oreja.

MORENITO DE ARANDA: Silencio y vuelta al ruedo.

ENTRADA: Dos tercios.

Otero y De los Reyes se desmonteraron tras parear al cuarto. El premio al toro más bravo fue para Azulito de la ganadería La Palmosilla.