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La alineación de siempre, victoria segura: gigantes y cabezudos conquistan la plaza del Pilar

Los personajes más esperados del primer fin de semana de las fiestas del Pilar vuelven a congregar a cientos de familias en el epicentro de la capital aragonesa

Vídeo | Gigantes y cabezudos conquistan la plaza del Pilar

Jaime Galindo

S. H. V.

Zaragoza

Pasaban las 11.30 horas y la plaza del Pilar ya estaba cargada de gente. Domingo, después de la intensa noche del pregón, y con el cierzo acercándose por primera vez este octubre hasta Zaragoza. Ni el viento ni el sol, que también se ha dejado ver durante toda la mañana, se han querido perder la primera gran actividad para toda la familia en el corazón de las fiesta del Pilar. A las 12.00 horas, puntuales, empezaban a desfilar desde el vestíbulo del Ayuntamiento de Zaragoza los miembros de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y Caballitos de la localidad aragonesa. Música y entretenimiento para todos los públicos.

Minutos antes se contaban por cientos los niños agolpados a las vallas o que formaban la primera línea de contención entre las estrellas de la mañana y el resto de la plaza. Entre ellos y el León Garganchón y el Tragachicos, familias dudosas de acudir al baile tradicional o probar el nuevo tobogán municipal.

Los primeros recitaban, de memoria, la alineación del sábado por la mañana: Morico, Quijote, Pilara, Cigarrera... y así hasta el final. En la cabeza de sus progenitores, la misma y la del Real Zaragoza que a las 14.00 horas volvía al Ibercaja Estadio en busca de una victoria que dedicar a la virgen y a su siempre fiel afición. Pero el fútbol, en esta mañana otoñal de domingo, quedaba en segundo plano en beneficio del entretenimiento de los más pequeños.

Debates tan intensos como los que giran en torno al balón se veían en las vallas. "Los mejores son los gigantes, que son muy grandes", decía Alberto a su compañero de espera, Javier: "Que no, que los cabezudos son más divertidos porque te persiguen". Gustos y colores. Jaime prefería no debatir y solo mantener su posición: "Mi favorito es el Morico". "El mío, el Cagón", decía Luis, que también guardaba recuerdo para "el Torero".

Pedro ya había planificado la mañana de toda la familia. "Lo que más me gustan son los cabezudos y luego vamos a ir con ellos, a seguir todo el rato a la comparsa", aseguraba este pequeño zaragozano, ante la mirada de unos padres conscientes de la caminata que quedaba por delante. Por si acaso se escapaban de su vista, traía recursos: una cabeza a escala infantil para ponerse y encorrer a su hermana. "Mi favorito es el Berrugón", afirmaba Pedro, mientras acariciaba la careta del mismo personaje.

Nervios antes de la marcha

La máxima expectación entre los infantiles llegaba hasta la Policía Local. Los agentes encargados de coordinar la salida también chocaban las manos y saludaban a los niños, tranquilizándoles la espera. Los primeros saltos de la Pilara o el Morico, que adelantaron sus bailes para abrazar y cantar con los más pequeños frente al ayuntamiento, hicieron estallar en gritos a todos a todos los presentes.

Vídeo | La comparsa de gigantes y cabezudos danzan ante cientos de niños

Jaime Galindo

La Cigarrera también salió en busca de algún niño -y no tan niño- con el que charlar antes de comenzar la comparsa. "Vamos a intentar responder a la ilusión de los pequeños por venir hasta aquí y vamos a responder a todas esas ganas que nos demuestran todos los años", contaba la Cigarrera al ser preguntada por el objetivo de toda la mañana. "Los dos lados somos parte de lo mismo", decía el personaje sobre el público y los protagonistas de papel maché. De todo puede pasar, "porque se puede encorrer, pero también bailar", con la intención de "estar en contacto con ellos y seguir con ese juego de ir, coger, volver y correr". Para la Cigarrera, este domingo por la mañana es "el sumun" de las fiestas del Pilar: "Una maravilla, lo mejor de la semana. No solo por encontrarte con los críos, sino el propio hecho crear la comparas y disfrutarla ya es algo muy bonito".

Los gigantes emprendieron la marcha poco después. Quijote, el Chino, la Negra o Agustina de Aragón avanzaban poco a poco por la fachada consistorial. Algunos abrieron sus faldas para que los pequeños descubrieran su interior de aluminio y hierro, ese espacio desde el que los danzantes entretienen a toda la ciudad. "¿Te atreves a subirlo?", vacilaba uno de los miembros de la comparsa a dos nerviosos críos. Dudas en la cara, por el peso y el tamaño.

Las dulzainas rompieron el murmullo en la plaza del Pilar. Los primeros aplausos y palmas acompañaron a los primeros giros y saltos de gigantes y cabezudos. La sonrisa en la cara de los niños ya era total. Las vallas se retiraron y la ciudad se abría al pasacalles más esperado del año. Para las familias, con los gigantes y cabezudos como líderes, las fiestas del Pilar ya han comenzado.

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