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Crónica de Leire Martínez en Zaragoza: Un regreso alegre y por todo lo alto... ¡y vuelve a cantar 'Rosas'!

Leire Martínez se presenta en solitario después su despedida traumática hace un año

Leire Martínez regresa a Zaragoza por todo lo alto y en solitario

Jaime Galindo

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

Si tenía alguna presión por volver al lugar donde se desencadenó todo hace un año, no se le ha notado. Y si acaso la tuviera, con el comienzo de concierto cañero que ha propuesto seguro que Leire Martínez se la ha quitado de encima en un momento. No habían anunciado aún su nombre cuando han empezado a sonar las notas de 'Mi nombre', que el público rápidamente ha reconocido... y ha entrado Leire Martínez en el escenario de la plaza del Pilar como un huracán. Con una energía desatada desafiando a una fría noche de Pilares (ha aparecido el cierzo tan clásico de estas fechas en el segundo día de fiestas), la artista se ha presentado por primera vez en solitario en Zaragoza.

Por supuesto, el morbo estaba ahí, y sus palabras se iban a medir con lupa: «¡Quién me lo iba a decir hacer un año!», ha dicho en su primera apelación al público, y ha proseguido: «Es un placer y un gustazo veos desde aquí arriba. ¿Habéis venido con ganas de pasar lo bien? ¡Pues vamos a pasarlo bien!», ha clamado antes de lanzarse con 'Tres deseos'.

Un repaso total

Después han venido muchas más canciones, algunas de su etapa en La oreja de Van Gogh como 'El primer día del resto de mi vida' e incluso se ha atrevido con 'Rosas' (aquella que casi no pudo cantar hace un año envuelta en lágrimas) y ha tirado de sus colaboraciones, por ejemplo, con Abraham Mateo, para interpretar 'Tonto por ti', eso sí, sustituyendo al cantante por el público de la plaza del Pilar, aunque la gran sorpresa fue la aparición de Pole. Muy numeroso por cierto, aunque como siempre sucede cuando hay un evento de este tipo, uno no sabe cuánta gente está por Leire Martínez, cuánta por figurar y cuánta pasaba por allí, sin más. Sin cifra oficial de asistentes hasta el momento, sí se puede hablar de rotundo éxito ya que la plaza (y era domingo) tenía pocos huecos y menos cerca del escenario.

Así que lo que es una realidad incontestable es que Leire Martínez se ha sentido muy arropada por el público aragonés en su primera pica de su carrera en solitario. Sin duda, ha puesto mucho de su parte y ha demostrado que tiene voz para muchos años en el mundo de la música.

La noche, por cierto, la ha abierto Álvaro Mayo, que ha animado la velada con sus bailes imposibles y su música rítmica buscando constantemente la implicación de la gente.

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