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Crónica del escenario Xior: Las payasadas no tienen edad

El humorista Tortell Poltrona, uno de los más reputados del país en este género, ha encandilado al público con su actuación en el Anfiteatro de la Residencia Xior

Tortell Poltrona, durante su actuación en el Anfiteatro de la Residencia Xior

Tortell Poltrona, durante su actuación en el Anfiteatro de la Residencia Xior / ETURA/AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

Zaragoza

Los espectáculos de payasos no tienen un público objetivo y eso fue lo que ha demostrado este lunes Tortell Poltrona en el Anfiteatro de la Residencia Xior. Tanto abuelos, como padres y niños han disfrutado de la actuación de uno de los humoristas de este género más reputados de toda España.

Los asientos se han ido llenando paulatinamente a medida que se acercaba el inicio del 'show' y casi todo el lugar ha acabado lleno de espectadores. "No sabemos qué esperar, pero a mí de pequeño me encantaba ir con mis padres a ver a los payasos y me he traído a la niña para ver qué le parece", afirma un padre antes del comienzo de la actuación. Y la sorpresa invadió a todos los asistentes nada más saltar el protagonista al escenario.

Sin ni siquiera tener que recitar palabras ha sacado las carcajadas de todo el público besando la calva de los asistentes mientras iba creando un laberinto con cinta adhesiva que ha acabado provocando su desternillante caída en el centro del anfiteatro y con ello varios "bravos" por parte de los más pequeños.

Tras reponerse de su dura caída, se ha dispuesto a presentarse ante los asistentes, pero diversos problemas con el micrófono han acabado por colmar su paciencia, e incluso la de los más pequeños que intentaban ayudarle, hasta que se dio cuenta de que sin él se le escuchaba nítidamente lo que ha vuelto a provocar las risas entre el público.

Uno de los espectáculos que más ha encandilado a la gente fue el momento en el que ha presentado a su fiel acompañante: una pulga cañón. Ante la incredulidad de los presentes, Poltrona se ha decidido a hacerles partícipes mediante el lanzamiento del pequeño animal a una bolsa, actuación que ha estallado en una gran cantidad de aplausos.

Tortell Poltrona reactivó el espíritu infantil dormido de los más mayores y ha demostrado que pese al pasar de los años las payasadas siguen sacando risas sin importar la edad.

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