Música y comida ‘saben’ a éxito en las Food Trucks de Zaragoza
La ribera del Ebro atrae cada jornada a cientos de zaragozanos en busca de una alternativa en el centro

Miguel Ángel Gracia
S. H. V.
Mezcla de comidas, mezcla de culturas, mezcla de músicas, mezcla de entretenimientos. Mezcla, mezcla, mezcla en las Food Trucks, el festival a orillas del Ebro que llena el paseo Echegaray y Caballero durante toda la semana de las fiestas del Pilar. Una suerte de festival a escala que, en sus diferentes franjas horarias, contenta a todos los miembros de una familia y acerca, año tras año, a esos grupos de amigos que vuelven a verse en la semana grande de Zaragoza.
Vaya por delante que no es lo mismo visitar las Food Trucks un lunes que un viernes. Ni a a las 18.30 horas, con los fogones que empiezan a encenderse, que a las 23.00 horas, con los estómagos llenos y la música marcando el ritmo por los altavoces.
Ayer, lunes, la estampa a mitad de tarde juntaba a matrimonios maduros con los más pequeños de la ciudad. Por un lado, cincuentones que «aprovechan» el primer día de la semana para «evitar las aglomeraciones»: «Salimos pronto de trabajar esta semana y así tomamos algo con tranquilidad». Luis y María José son solo dos de los tantos que ayer tomaron la cerveza lejos del barrio y en pleno Echegaray y Caballero, «por hacer algo distinto, que para eso son fiestas».
El emplazamiento también sirve para reencuentros de viejos amigos y conocidos. «Cualquier excusa es buena para juntarnos», explica Víctor, que espera en una de las decenas de mesas con una cerveza a que todos los miembros de su grupo lleguen a la cita. «Está bien y te sales del típico bar, ya que son fiestas», concreta Samuel, en la misma mesa.
En un rincón, cañas, refrescos y hamburguesas tempraneras. Las primeras de la jornada. «Venís demasiado pronto», avisaban a algunos clientes desde las cocinas, «porque aún se está preparando todo». Los aperitivos más rápidos, como las patatas fritas, sí que están disponibles en todo momento. Tacos con inspiración mexicana, cocina tailandesa con influencias de otros países asiáticos, fusión de culturas y las reinas, las hamburguesas, forman una carta que varía en tantas opciones como para ir un par de veces por jornada. Más de una veintena de establecimientos ponen el sabor en las Food Trucks, además de las barras centrales, dedicadas solo a bebida.
Pero en un lunes todavía escolar, la imagen que ofrece el festival gastronómico y cultural es bien distina a la que se puede apreciar un fin de semana durante un concierto de indie o rock. Ayer, los más pequeños invadieron el lugar gracias a un espectáculo de magia que hizo las delicias de niños y también de los padres y abuelos que fueron minutos antes a recogerlos al colegio. Incluso algunos centros, con sus campus o colonias tras las clases, aprovecharon la oferta cultural y acercaron, ataviados con peto y chándal, a las decenas de niños recién salidos de clase.
«Es divertido y un sitio diferente al que traer a los niños esta semana», cuenta Carolina. Los más veteranos, aunque vayan sin niños, también «disfrutan» apoyados en la valla del paseo: «Sales a dar una vuelta un rato, tomas una cerveza y de pasos ves lo que hay por toda la ciudad».
Ayer el día se cerró con el ciclo Zaragoza Emergente, una cita a escala para dar un escenario cercano al público y con afluencia de gente en el que grupos de la escena de la capital aragonesa puedan dar sus primeros pasos musicales.
Hasta el final de la semana, artistas de toda España y numerosos tributos a grupos tan conocidos como La Oreja de Van Gogh o El Canto del Loco pondrán el sonido de una cita que cogerá velocidad conforme avancen los días. «Hoy toca tranquilidad, pero a partir del miércoles comienza la tormenta», celebran en el recinto de las Food Trucks.
«Esperamos un poquito de calma, a partir del jueves iremos a tope»
Superado el primer fin de semana de las fiestas del Pilar, los cocineros y trabajadores de las Food Trucks analizan cómo ha funcionado el festival en estas primeras horas de música y jolgorio. «Intensidad» es la palabra más repetida, antes de «la calma» que precederá a la tormenta de gente, hambre y ganas de diversión que regresará a todos los entornos pilaristas hacia el final de la semana.
«Ha habido muchísima gente, pero ha estado muy bien», cuentan los miembros de Wok on Fayah, una propuesta que combina influencias de la comida taliandesa con «salsas picantes artesanas», realizadas en el momento. El equipo de esta furgoneta espera que «un poquito de calma» durante los primeros compases de la semana, pero ya saben qué va a pasar hacia el final: «A partir del jueves volveremos a estar todos a tope y con mucha gente viniendo por aquí». Mismas sensaciones en La Mafia Canalla, especializados en «angus y carne de vaca ahumada», gracias a un aparato propio para la ocasión. «El fin de semana fue duro aunque divertido y estos días serán más flojitos y cerraremos antes», afirman los cocineros, que con gusto acuden al festival zaragozano: «Hay gente de referencia aen el sector y es algo muy bueno para mezclar ideas». Sobre la aparición de la cultura, no hay dudas: «La música siempre tiene que estar en este tipo de eventos».
En Birolla, originaria de Illueca y con sede en Zaragoza, celebran «esa intensidad» de los primeros días y esperan que se repita en las próximas jornadas: «El sábado agachamos la cabeza a las 18.00 horas y no paramos hasta el cierre».
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