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Una Ofrenda de Flores para el recuerdo pero no de récord

Miles de fieles acuden un año más a entregar sus flores a la Virgen del Pilar en un día casi primaveral

Zaragoza

El día más grande de las Fiestas del Pilar y de Zaragoza. La Ofrenda volvió a ser el plato fuerte de la semana en la capital aragonesa, convirtiéndose un año más en el acto más multitudinario de todas las fiestas de la ciudad. Más de 120.000 oferentes acudieron hasta los pies de la Virgen para entregar sus flores y llenaron de color el centro de la ciudad durante las casi 18 horas que duró el evento. No hubo récord de participaciones, pero sí de duración del acto, llegó hasta las 17 horas y 49 minutos. Más cerca que nunca de llegar a los tres cuartos de la jornada, pero superando ampliamente la medianoche. La buena meteorología acompañó a todos los fieles a la cita, que solo se emborronó por los ya clásicos retrasos, que en la Ofrenda afectaron sobre todo a los zaragozanos que optaron por el turno individual.

El desarrollo de la jornada no ha distado del sabido desde hace más de medio siglo. Desde las 6.30 horas, cuando los oferentes más madrugadores han comenzado su recorrido, miles de personas se han desplazado por el centro de Zaragoza hasta los pies de la Virgen del Pilar. En el centro de la plaza, la patrona observa la llegada de tantos y tantos fieles a una cita que vive en constante crecimiento.

En el interior del camino, sensaciones de todos los colores. Algunos grupos han podido completar el recorrido en media hora, una cifra “de alta velocidad” para muchos de los participantes. Hacia la mitad de la mañana, el cronómetro ya marcaba como tiempo habitual los 45 minutos, también dentro de la media de los últimos años. Unos sí que celebraban “la buena organización” del recorrido, mientras que otros consideraban que “está tardando un poco” respecto al recuerdo de los últimos ejercicios.

En este segundo grupo se puede meter a todos aquellos que han decidido saltarse la norma y tirar de “pillería” para evitarse pasar con las farolas encendidas y sin luz del día. Desde el Ayuntamiento de Zaragoza, organizador del acto, se constata que se han detectado “numerosos grupos” accediendo al recorrido por el espacio reservado para los participantes que pasan a título individual. Tras las comprobaciones municipales pertinentes, el consistorio ha confirmado que la mayoría de esos grupos que pasaban por el espacio individual tenían asignado su paseo “a última hora de la tarde o por la noche”. Hasta pasada la medianoche continuaron saliendo grupos, a un ritmo que se estableció en torno a la media hora de recorrido y bajó hasta los diez minutos para los oferentes que participaron a título individual.

El buen tiempo hizo las delicias de los participantes. Muchos recordaban la tromba de agua que en 2024 alteró el avance de muchos grupos y dificultó la participación. La temperatura «casi primaveral» del día y el cielo claro hasta el anochecer hicieron ameno el camino para los más de 100.000 participantes en la cita.

Música, comida y amigos

La compañía nunca falla en la Ofrenda y lo que se hace con ella, tampoco. La música, con las jotas como referentes, la gastronomía y los amigos marcaron el trayecto de miles de zaragozanos.

Desde primera hora, las castañuelas resonaron en las calles de Zaragoza, aunque por muchos momentos su música se mezclaba con dances tradicionales del Pirineo aragonés, bailes de otras localidades españolas y mucha influencia latinoamericana, ya que cada vez son más los grupos que participan.

La música no falta y la gastronomía, tampoco. En el camino hasta los pies de la Virgen, almuerzos compartidos, botas de vino que pasan de mano en mano y avituallamientos ajenos al recorrido, realizados por todos esos familiares que acompañan a los oferentes en su camino. También después, con las flores ya en su sitio, para buscar el lugar idóneo donde disfrutar del último aperitivo de las fiestas. Los bares aledaños a la plaza del Pilar o a calles cercanas al paseo de la Independencia permanecieron llenos desde el mediodía hasta bien entrada la tarde. Para comer, con reserva de hace semanas o en casa con los de siempre.

Las anécdotas en la Ofrenda de Flores se repiten año tras año, pues son muchas las personas que aprovechan un día tan importante para buscar un instante que recordar siempre. Desde las fotografías en redes sociales con los compañeros del grupo, para desesperación de la organización que recordó sin descanso que «no está permitido parar» metros antes de entregar las flores, hasta las ya clásicas pedidas de mano. Varias parejas dieron ayer su primer paso hacia el matrimonio frente a la basílica del Pilar.

Al filo de la medianoche, el manto de la Virgen estaba lleno de flores un año más. Millones, después de que miles de oferentes llegaran hasta sus pies. Ya hay muchos descontando los días para la jornada más especial de las Fiestas del Pilar.

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