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Pilar, el nombre más aragonés, en peligro de extinción

Apenas quedan 95 personas que lo reciben de entre un colectivo muy concreto, mientras ha perdido la popularidad de que gozó hace décadas

La Virgen del Pilar ya preside la plaza para la Ofrenda de Flores

La Virgen del Pilar ya preside la plaza para la Ofrenda de Flores / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Hubo un tiempo en el que llamarse Pilar, o su variante en nombre compuesto (María Pilar), era tendencia en España. En cifras, 35 de cada mil recién nacidas lo recibían, lo que se traduce, para situar las cosas en su justa medida, en que ambas opciones por separado estaban entre las elecciones favoritas de padres y madres. Hoy, la realidad es muy distinta. Fuera de los ranking de los nombres favoritos por padres y madres, este nombre tan ligado a Aragón no vive precisamente sus tiempos más dulces.

En un rápido viaje histórico, sí fueron momentos dorados para las pilares durante los años 30 del siglo pasado, y gran parte del Franquismo hasta gozar de su mayor popularidad en la década de los 40, en un tiempo marcado por el nacional-catolicismo de una dictadura donde la devoción hacia la Virgen del Pilar fue usada de forma propagandística para construir su visión españolidad.

Eran años dorados para todas las Pilares y Mariapilares. Año a año, ganaban miles de niñas a la causa hasta que llegó el declive a partir de los años 70. En la década de los 60, más de 72.000 recién nacidas se llamaron María Pilar; en la de los 30, vinieron al mundo casi 30.000 nuevas Pilares.

Solo 95

La fotografía que arroja el siglo XXI no puede estar más alejada a aquella del régimen franquista. El nombre tomado de la patrona de Zaragoza y Aragón no solo es que haya salido de las listas más mainstream, desbancadas por las Sofías, Valerias, Julias o Martinas, sino que el relevo generacional está en serio peligro.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay 126.444 mujeres que se llaman Pilar, cuya edad media es de 65,8 años.

Las cifras del INE deja una curiosidad que enlaza con la debacle. Hay 95 hombres en España que se llaman Pilar, cuya edad media es de 67,5 años. Menos de un centenar de hombres que, por su tiempo vital, ponen un límite próximo al fin de la patrona aragonesa para nombrar a varones, sin visos a que hoy en día alguien pueda atreverse a continuar esa rara devoción.

En el caso de las mujeres hay un amplio margen todavía, aunque el tiempo pasa y cada vez menos niñas portan el nombre que un día fue una propuesta que estaba en todas las quinielas.

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