Miguel H. Cuar (1987) ha diseñado la parada de César Augusto, donde, con una estética pop, nos cuenta la historia cotidiana de una pareja.
Marcos Cebrián
Marina Velasco (1997) contrapone los elementos estáticos de la ciudad con los habitantes que la transitan, llenando su obra de movimiento.
Marcos Cebrián
Ruvitijeras (1988). En la parada de Fernando el Católico, introduce el collage, con miradas que se cruzan, circulan y se esquivan sin tocarse.
Marcos Cebrián
Elena Mompó (1985). Desde la parada de plaza San Francisco, la autora retrata Zaragoza en diferentes momentos, con sus habitantes como protagonistas.
Marcos Cebrián
Paula Marco (1981) convierte las marquesinas de Plaza España y Carlos V en escenas de una mini comedia humana, con gente que cruza su mirada con los demás.