- Multimedia
- Clasificados
- Servicios
Ver más galerías relacionadas
Renfe
Ver galería >El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Renfe
El tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasEl tren de bajo coste de Renfe, bautizado como Avlo, tiene muchas características que le diferencian del AVE convencional pero tanto en el diseño como en la distribución interior de los vagones, se apoya y mucho en ese mismo modelo de éxito que en Zaragoza, como en el resto de España, le ha dado buenos resultados. Tonos sobrios y colores corporativos en una disposición de 12 vagones con entre 24 y 40 asientos para alcanzar las 438 plazas que oferta para su estreno programado el próximo 23 de junio. El cambio más llamativo está en el exterior de ese modelo de Talgo, el S-112M con la aerodinámica forma de pico de pato en la cabeza del convoy, en el que se abandona el predominante color blanco usado desde hace más de 20 años para la alta velocidad convencional en España. . Se recurre a un violeta corporativo que identificará al 'low cost' de su oferta y tras el que, ya en el interior, aparece la tradicional disposición de asientos, de dos en dos en paralelo o para grupos de cuatro con mesa en el medio que también aparece en el AVE convencional. Y todos los asientos tienen la dimensión, se abandona el concepto de clase VIP, business o preferente que en el bajo coste tiene poco sentido, y se apuesta por un formato más funcional y, a la vez, barato para el usuario. El objetivo siempre ha sido ofrecer un formato distinto al AVE convencional que sea más económico y atraiga a quienes aún no han apostado por la alta velocidad como medio de transporte entre Madrid y Barcelona. Un viaje más barato pero con prestaciones como el wifi gratuito que, a día de hoy, parece requisito indispensable. La velocidad es la misma de siempre, esos 300 kilómetros por hora que son marca de calidad en España, y economiza en gastos como la cafetería, sustituyéndola por máquinas de vending que estarán en los vagones 2, 5 y 7 para el viajero. Respecto a sus tarifas, el precio de lanzamiento de 5 euros es un paquete básico que, como en el modelo del avión, va aumentando de coste cuantos más aditivos se le añaden. Así, la posibilidad de elegir asiento conlleva un añadido de 8 euros, llevar maletas grandes, 10, y cambiar o anular el billetes dentro de los 30 minutos anteriores a la salida, 8. Además, el compromiso de puntualidad varía con respecto al AVE convencional y ahora se devolverá solo 50% del billete si el retraso supera los primeros 60 minutos y no será del 100% hasta que sean más de hora y media. Por otra parte, el Avlo incorpora un sistema informático que, mediante algoritmos, permite ir asignando asientos intercalados, de manera que, salvo petición expresa del cliente al elegir plaza (y pagando por hacerlo), la venta va asignando asientos separados, para procurar una mayor distancia física entre los pasajeros atendiendo a las recomendaciones sanitarias por la pandemia del covid. Sin embargo, no hay restricciones de aforo, ya que en este caso, como otras características de este servicio, sus requisitos se asemejan a los de un avión, que también puede llenarse. Por su sistema de ventilación interior que permite viajar en las condiciones adecuadas para evitar la propagación del virus aunque el tren vaya completo.