Aceleradoras para impulsar el talento de las ‘startups’

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Solo una de cada nueve ‘startups’ logra superar los tres años de vida, según datos de la plataforma global de innovación South Summit. La etapa inicial de cualquier empresa es la más complicada y es el momento en el que el riesgo al fracaso es mayor. Uno de los factores que más incide a la hora de determinar el éxito de una ‘startup’ es su financiación.

De hecho, en las primeras fases de una ‘startup’, lograr la inversión inicial es casi más de la mitad del trabajo que se necesita para emprender y, a la vez, el paso más difícil de lograr. Muchas veces es el propio fundador quien debe aportar el capital inicial para poner en marcha su proyecto a través de sus ahorros personales. Sin embargo, en la mayoría de casos nunca es suficiente para lanzar la ‘startup’. Para ello, existen diferentes vías de financiación. Desde recurrir a familiares y amigos, créditos bancarios, subvenciones públicas, entidades de ‘venture capital’, y un largo etcétera.

Una de las opciones más interesantes es la posibilidad de que compañías privadas faciliten el acceso a financiación en diferentes momentos del desarrollo del proyecto. Existen dos modalidades. En primer lugar, las incubadoras, cuyo objetivo principal es apoyar a las ‘startups’ en sus primeras etapas de creación. De este modo, además de aportar el capital inicial, se acompaña a los emprendedores en procesos como la mentorización, la formación intensiva, la educación digital y la tutorización. Por otro lado, las aceleradoras ofrecen recursos, conocimiento y apoyo a los emprendedores que tienen una ‘startup’ en fases más avanzadas.

Funcionamiento

El principal reclamo de las aceleradoras es la inversión del capital inicial. No obstante, muchas ‘startups’ buscan participar en estos programas para poder contar con el apoyo de un mentor que ayude a desarrollar las propuestas y dar forma al modelo de negocio. Además, este tipo de organismos ofrecen la posibilidad de crear una amplia red de contactos y potenciales inversores y llevar a cabo pruebas piloto en empresas.

España ya cuenta con un total de 215 aceleradoras e incubadoras de ‘startups’. Así lo asegura un informe sobre el impacto de este tipo de agentes en España elaborado por el equipo de investigadores del Social Innovation Monitor (SIM) y la Asociación Española de Startups. Cada vez hay más entidades públicas y privadas que se interesan por el mundo emprendedor y tecnológico y, por lo tanto, deciden poner en marcha una aceleradora. De esta manera, las compañías pueden, por un lado, estar en contacto con las tecnologías vanguardistas relacionadas con sus sectores y, por otro lado, tienen la posibilidad de, en caso de que la ‘startup’ siga adelante, colaborar con ellas e incluso incorporarlas como proveedoras de servicios.

España cuenta con un total de 215 aceleradoras e incubadoras de ‘startups’

AEInnova es una de esas ‘empresas emergentes’ que tuvo la oportunidad de caer en manos de una aceleradora en el 2015. Tres doctores y un ingeniero en Microelectrónica de la Universitat Autónoma de Barcelona crearon esta ‘startup’ para desarrollar su idea de generar electricidad que pudiera ser devuelta a la red aprovechando el calor residual de los procesos industriales. Inspirados en la tecnología termoeléctrica con que se alimentan los vehículos espaciales, “pensamos que esa tecnología podía ayudar a la industria a ser más eficiente ya que casi la quinta parte de la energía de Europa se pierde en calor industrial”, recuerda Raúl Aragonés, presidente y fundador principal de AEInnova.

Fondo de Emprendedores

AEInnova fue una de las ‘startups’ seleccionadas por el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, una iniciativa que busca apoyar el emprendimiento y a los emprendedores. Se trata de una aceleradora de ‘startups’ en fase de prueba con clientes reales o que llegarán a esa fase en uno o dos años. Desde el 2011, año en el que se puso en marcha esta iniciativa, las empresas incubadas han logrado una tasa de supervivencia del 75% y cerca de 200 patentes registradas.

Nextmol es otra de las empresas seleccionada para participar en este fondo. Una ‘spin-off’ del Barcelona Supercomputing Center especializada en química computacional. Sus fundadores, Mónica de Mier y Stephan Mohr, desarrollaron un laboratorio virtual que emplea técnicas computacionales para reducir los tiempos y costes del diseño de nuevos materiales. Simulan virtualmente los ensayos que hoy se hacen en los laboratorios, lo que permite “conocer las características de cientos de nuevas moléculas de forma automatizada y seleccionar las más prometedoras para las propiedades deseadas, haciendo el proceso de búsqueda hasta diez veces más rápido”, resume de Mier, CEO de Nextmol.

Miembros de AEInnova reciben una inversión del Fondo EIC

Ahora, la Fundación Repsol lanza la 11ª convocatoria de esta iniciativa. Concretamente, en esta edición, buscan ‘startups’ tecnológicas que trabajen soluciones innovadoras para la transición energética relacionadas con cuatro temáticas: soluciones naturales para la reducción de la huella de carbono; las bajas emisiones de CO₂, la economía circular y la digitalización para la industria energética. El proyecto recibe una ayuda económica de hasta 100.000 euros, la posibilidad de realizar pruebas piloto con Repsol y asesoramiento experto, todo ello con la posibilidad de trabajar desde el lugar de origen sin tener que desplazarse.

Balance de una década

En estos 10 años, Fundación Repsol ha invertido más de 10 millones de euros en las empresas incubadas, que han logrado además en su conjunto, más de 230 millones de euros de financiación pública y privada, y creado 390 nuevos empleos en ámbitos como las tecnologías de bajas emisiones, la biotecnología, movilidad avanzada, nanotecnología, economía circular o digitalización. Tal y como explica el director de Emprendimiento de la Fundación Repsol, Javier Torres, “el balance de esta década es muy positivo y desde el Fondo de Emprendedores seguimos focalizados en impulsar la transición energética acelerando ‘startups’ que aportan soluciones innovadoras o avances tecnológicos”.

Las empresas incubadas han logrado crear 390 nuevos empleos en diferentes ámbitos relacionados con el sector energético

El funcionamiento es muy claro: en cada convocatoria el Fondo de Emprendedores elige entre seis y ocho ‘startups’ tecnológicas e innovadoras para que participen en un programa de aceleración, que tiene un año de duración, y, además, reciben hasta 100.000 euros para su desarrollo. Paralelamente, un grupo de mentores, desde directivos de Repsol con una amplia experiencia en desarrollo de negocios hasta expertos en activo del laboratorio Repsol Technology Lab, les ofrecen asesoramiento técnico y empresarial.

Para finalizar el programa de aceleración, las ‘startups’ participantes deben poner en marcha pruebas piloto para su validación y, en algunos casos, probar su tecnología en operaciones reales de Repsol. Esta combinación, junto con la oportunidad de acceder al ecosistema de inversión, “es uno de los aciertos del Fondo de Emprendedores y nos hace diferenciales respecto a otras aceleradoras del mundo de la energía”, explica Torres.