Mitos sobre el TEA

Un niño observa mientras realiza el gesto de taparse los ojos con las manos.

Un niño observa mientras realiza el gesto de taparse los ojos con las manos. / El Periódico de Aragón

Fundación DFA

Cada 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha clave para visibilizar el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y desmentir mitos aún arraigados en la sociedad.

Uno de los más comunes es que las personas con TEA no son cariñosas. La realidad es que expresan afecto a su manera y pueden tener diferente tolerancia al contacto físico. También se cree erróneamente que no se comunican, cuando muchas desarrollan lenguaje oral o utilizan ayudas técnicas para expresarse.

Otro mito es que prefieren el aislamiento. Si bien pueden tener dificultades en la comunicación y sensibilidad a estímulos, muestran interés por interactuar. También se les asocia con la agresividad, cuando en realidad pueden experimentar estrés ante entornos impredecibles o sobrecarga sensorial.

Aún existe la falsa creencia de que la falta de cariño parental causa autismo. La ciencia ha demostrado que el TEA es un trastorno neurobiológico con base genética, influido por factores ambientales, pero no por el vínculo afectivo. Asimismo, algunos estudios han descartado cualquier relación entre las vacunas y el desarrollo del TEA.

Otro error es pensar que solo se diagnostica a partir de los seis años. En realidad, los primeros signos pueden detectarse desde los dos años. Además, no existen rasgos físicos diferenciadores, ya que el TEA se manifiesta en la interacción social, la comunicación y la flexibilidad en el comportamiento.

No todas las personas con TEA tienen discapacidad intelectual ni poseen habilidades extraordinarias. Cada caso es único y su evolución depende de los apoyos recibidos.

La Fundación Dfa presta atención integral a niños y niñas con discapacidad, trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlos en un futuro, y a sus familias. 

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