La negociación final de los tratados de adhesión a la Unión Europea (UE) de los 10 candidatos mejor preparados se transformó ayer en un titánico pulso, que sorprendió por su dureza a la propia presidencia danesa. Algunos países reabrieron incluso cuestiones que la presidencia de la UE daba por pactadas con sus últimas concesiones en cuotas agrarias y ayudas financieras.

Chipre y Eslovaquia fueron los únicos que aceptaron la oferta final de la UE, a tres días de la cumbre de Copenhague que debe sellar los acuerdos de adhesión. Los ocho candidatos restantes reclamaron más ayudas, mayores cuotas de producción agraria y otros beneficios.

Polonia fue más lejos que nadie en sus exigencias y presentó una lista con 20 demandas, que incluyen más cuotas lácteas y más subvenciones para amortiguar la integración del país en la Unión Europea. La presidencia danesa advirtió a Polonia de que con sus exigencias corre el riesgo de quedarse fuera.

"Queremos a Polonia en la UE, pero si Polonia no quiere formar parte de ella, tendremos que aceptarlo", declaró el ministro de Asuntos Exteriores danés, Per Stig Möller, tras la reunión con los candidatos. "Si se quiere luchar en todos los frentes al mismo tiempo, se corre el riesgo de perder en todos", añadió Möller.

La presidencia danesa advirtió a los candidatos de que con sus nuevas exigencias corrían el riesgo de perder los incrementos de cuotas agrarias y de ayudas incluidas en la oferta final hecha por los Quince.