La detención de la principal accionista del diario Clarín , Ernestina Herrera de Noble, "no respondería sólo a una decisión arbitraria" del juez Roberto Marquevich, sino a un "complot político y económico", aseguró ayer el diario de mayor circulación en Argentina, y del que también es directora la arrestada.

El controvertido magistrado suspendió otra vez el interrogatorio de De Noble, de 77 años, a quien investiga por el supuesto uso de documentos públicos falsos al adoptar a sus hijos, Felipe y Marcela, en 1976, el año en que comenzó el último régimen militar. La fiscal de la causa, Rita Molina, insistió en pedir la libertad de la detenida.

COMPLOT Clarín aseguró que, "desde hace años", los hijos de su directora "han sido el centro de operaciones de extorsión" de "personajes vinculados a los servicios de espionaje de la pasada dictadura". Ahora, agrega el rotativo, existen "claros indicios" de que se quiere "condicionar y afectar la tarea periodística de Clarín " y de los "medios independientes". De esta maniobra, sostiene el diario, forman parte "empresarios con intereses en medios de comunicación, y con fuertes lazos políticos y judiciales, y algunos exfuncionarios" de Carlos Menem.

El diario La Nación señaló que "se ha instalado en la opinión pública la sospecha de que el insólito trámite judicial puede responder a motivaciones de carácter político".

La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, la organización que busca a los hijos de desaparecidos, Estela Carlotto, reiteró que sólo se podrá saber si se está ante un caso de esta gravedad cuando se realicen las pruebas genéticas a Felipe y Marcela. Todavía, subrayó Carlotto, no hay pruebas en esa dirección.

El escándalo estalló cuando el país se encuentra sacudido por numerosas protestas conmemorativas del año de la caída del presidente Fernando de la Rúa --la represión policial causó más de 20 muertos--, y la posibilidad de que el Tribunal Supremo falle a favor de dolarizar los ahorros convertidos a pesos tras la devaluación y el corralito .

El fallo, temido por el actual Gobierno argentino, amenaza la frágil estabilidad económica de los últimos meses.