El mítico dirigente sindical del peronismo ortodoxo, Lorenzo Miguel, que por varias décadas fue un verdadero factor de poder en Argentina, falleció ayer en Buenos Aires a los 75 años. Apodado el Loro, dirigió desde 1970 la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que en sus años de esplendor contó con unos 400.000 afiliados. El sindicalista parecía un hombre gris. Hablaba poco. Le bastó, sin embargo, para controlar el movimiento obrero.

Fue un personaje vital en los sangrientos años 70. Impuso a Isabel Perón ministros y enfrentó a la izquierda peronista. Fue aliado y luego enemigo de José López Rega, fundador de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), antecesora en dos años del terrorismo estatal.