José María Aznar hurgó ayer en las contradicciones del PSOE a cuenta del conflicto de Irak. El presidente del Gobierno volvió a censurar el firme rechazo a la guerra del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y lo contrapuso a la "experiencia" del exministro socialista Javier Solana, representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE, menos reacio a los planes bélicos de Estados Unidos.

En declaraciones a Bloomberg Televisión, Aznar elogió la "experiencia" de Solana 24 horas después de que éste calificara de "muy sólido" el informe contra Irak presentado en la ONU por el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell. El presidente español se mostró "muy de acuerdo" con Solana y describió como "extraordinariamente convincentes y útiles" las pruebas de Powell contra Sadam Husein, aunque no convencieron a un sector importante del Consejo de Seguridad de la ONU.

REUNION EN LA MONCLOA El presidente juzgó "deseable y posible" que la ONU autorice el uso de la fuerza contra Irak, y se mostró convencido de que EEUU propiciará esa nueva resolución. Así se lo transmitió el jueves en la Moncloa a sus vicepresidentes, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato, y a los ministros Federico Trillo (Defensa) y Angel Acebes (Interior). Aznar aún no ha constituido formalmente un gabinete de crisis para seguir el conflicto, pero sí ha presidido varias reuniones monográficas.

Para mitigar el aislamiento del Gobierno, Rajoy y el portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, presionan a CiU para que modere su rechazo a la acción militar.

BANDERAS BLANCAS Mientras, los partidos de izquierda y los sindicatos UGT y CCOO llamaron ayer a todos los ciudadanos a colocar banderas blancas en las ventanas y los balcones de sus casas y a manifestarse en todas las ciudades el día 15 contra la guerra. Estas son las consignas del manifiesto que han elaborado el PSOE e IU con los sindicatos y que será presentado el próximo martes.

Los firmantes del documento, que tachan de "injusta" la guerra, opinan que la intervención pretende "reordenar los intereses económicos y políticos de EEUU". Además, se oponen a que España aporte soldados y material para la ofensiva.