El Ejército israelí detuvo ayer en Cisjordania a tres presuntos terroristas que iban a cometer un atentado suicida. Desde el domingo por la tarde hasta ayer Jerusalén estuvo en estado de máxima alerta. Las autoridades ordenaron el despliegue de un elevado número de agentes y soldados que efectuaron numerosos interrogatorios en las calles tras recibirse varios avisos de atentado. Los coches que pretendían entrar en la ciudad también fueron minuciosamente registrados. Uno de los tres detenidos, interceptado cerca de Ramala, llevaba consigo una maleta con 20 kilos de explosivos, según fuentes militares.

Además, un dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina fue abatido por el Ejército cerca de Naplusa. Dos palestinos más murieron por disparos del Ejército: uno en Netzarim, en Gaza, y otro, en Naplusa, en Cisjordania, donde falleció a consecuencia de las heridas que le infligieron el sábado.