Estados Unidos afronta hoy otra tormenta diplomática en la ONU a cuenta de la guerra que quiere desencadenar contra Irak: el Consejo de Seguridad abre sus puertas a todos los miembros de la organización para que expresen su posición sobre este conflicto. "La idea es que los países que no son miembros del Consejo tengan también la oportunidad de discutir este importante tema", explicó Günter Pleuger, embajador de Alemania y presidente del órgano ejecutivo de la ONU, al aceptar la petición del movimiento de países no alineados para celebrar esta extraordinaria sesión abierta.

Fue Suráfrica la que se encargó de solicitar la reunión la semana pasada, con el respaldo de los 115 países no alineados, cuyos puntos de vista suelen chocar con los de Washington. La petición cayó en terreno abonado, al ostentar Alemania, país que se opone rotundamente a la guerra, la presidencia mensual del Consejo. Alemania ha hecho frente común con China, Rusia y Francia, tres de los cinco miembros permanentes que tienen poder de veto.

CORO DE CRITICAS Es previsible que la sesión se convierta en un coro de críticas al belicismo de la Casa Blanca, otro embarazoso varapalo internacional para el presidente George Bush, tras las multitudinarias protestas en todo el mundo contra la guerra de este fin de semana, y el rotundo y mayoritario rechazo a apoyarla expresado el viernes en el Consejo de Seguridad, tras el informe conciliador presentado por los inspectores de armas, Hans Blix y Mohamed el Baradei.

Ayer, el presidente Bush recibió en la Casa Blanca a Vaira Vike-Freiberga, presidenta de Letonia, una de las exrepúblicas soviéticas, que ha visto en esta crisis la oportunidad de congraciarse con Washington, ofreciendo un claro apoyo a las tesis belicistas de Bush. Entretanto, la diplomacia estadounidense trabajaba a marchas forzadas en el texto de la resolución que, junto a Gran Bretaña, se dispone a presentar al Consejo de Seguridad para que autorice la guerra contra Sadam.

FALTA DE PRUEBAS "El viernes fue un día crucial en el debate sobre Irak", opinó un diplomático de uno de los países miembros del Consejo, aludiendo al revés que experimentó EEUU, cuando Blix y El Baradei presentaron un informe menos duro contra Irak de lo que la Casa Blanca esperaba e, incluso, rechazaron algunas de las pruebas contra Irak presentadas por el secretario de Estado, Colin Powell.

"Los estadounidenses y los británicos tienen ahora que trabajar mucho más para conseguir el consenso del Consejo de Seguridad, y no pueden presentarnos una resolución que se limite a decir: ´Estáis con nosotros o contra nosotros´".

Antes del viernes, Washington y Londres planeaban un borrador de resolución, declarando a Irak en "violación sustancial" de la resolución 1441 para abrir paso a las "graves consecuencias" que ello conlleva, es decir, la guerra. Sin embargo, ahora buscan un texto de compromiso, que podría conceder otro mes a los inspectores, antes de dar luz verde al ataque militar contra el régimen de Irak.