Los obispos echan mano de Juan Pablo II y del catecismo para recordar que "la paz no puede separarse de la dignidad y de los derechos humanos", y que "el recurso a la guerra es una de las decisiones políticas que tiene que ver con principios morales ineludibles".

"Este recurso no puede adoptarse, aunque se trate de asegurar el bien común, sino es en casos muy extremos y condiciones muy estrictas, sin descuidar las consecuencias para la población", advierten.