La suerte ha sido echada. El presidente de Estados Unidos, George Bush, y los primeros ministros del Reino Unido y España, Tony Blair y José María Aznar, dieron ayer un ultimátum de 24 horas al Consejo de Seguridad de la ONU para que decida si apoya o no sus planes contra Irak. En cualquiera de los casos habrá guerra, a menos que Sadam Husein se desarme o se exilie en las próximas horas.

"Mañana (por hoy) será el momento de la verdad para el mundo", proclamó Bush en una rueda de prensa conjunta con sus dos aliados, al término de la cumbre de una hora que celebraron en la base militar norteamericana de Lajes, en la isla Terceira del archipiélago portugués de las Azores. Los tres mandatarios aprobaron un documento sobre Irak y otro sobre la renovación del "compromiso" entre EEUU y Europa, al que invitaron a sumarse a los demás "socios y aliados".

CONTACTOS MULTILATERALES Bush, Blair y Aznar acordaron mantener en las próximas horas contactos con sus "socios" y con quienes "no comparten" sus posiciones, con el fin de buscar un consenso para desarmar a Sadam, según indicó Bush. Sin embargo, el propio presidente se encargó de subrayar la imposibilidad de cualquier acuerdo y utilizó en su intervención un lenguaje que no dejó dudas sobre la inminencia de la guerra. "Mañana es el día en que decidiremos si la democracia puede funcionar", sentenció Bush.

Para el mandatario norteamericano, la única posibilidad para evitar la guerra es que Sadam Husein se exilie. Tanto Bush como Blair detallaron las ayudas que brindarán los aliados a Irak cuando "caiga el tirano", poniendo especial énfasis en la forma en que serán utilizados los recursos petrolíferos.

"Los recursos naturales se usarán en beneficio de su propietario, que es el pueblo iraquí", dijo el presidente norteamericano. Blair explicó que el petróleo será "administrado por la ONU en la forma que se establezca", sin entrar en mayores precisiones.

Los mandatarios también ofrecieron a Irak asistencia humanitaria, protección de la integridad territorial del país, establecimiento de un "Gobierno representativo", ayudas para la reconstrucción y garantías de que las minorías étnicas disfrutarán de los mismos derechos que la población mayoritaria.

DECLARACION CONJUNTA Los tres mandatarios fijaron sus consideraciones en una declaración conjunta. A la pregunta de si su actitud implicaba un golpe a las Naciones Unidas, Bush dijo que él consideraba "importante" el papel de la institución, pero le exigió que asuma sus "responsabilidades" y defienda las resoluciones que aprueba.

Bush arremetió contra Francia, país que ha abanderado el frente antibélico dentro del Consejo de Seguridad de la ONU. "Yo quería votar una resolución, pero, como decimos en Tejas en el juego del póquer, al menos un país mostró las cartas: Francia", señaló Bush.

Los líderes de Estados Unidos, el Reino Unido y España coincidieron en que la resolución 1441, da ya un ultimátum a Sadam Husein al advertirle de "graves consecuencias" si no se desarma. "Y no se ha desarmado", sentenció Bush.

ULTIMA OPORTUNIDAD En contrapunto al tono bélico de Bush, Aznar afirmó que la reunión no se había convocado para hacer una "declaración de guerra", sino para dar la "última oportunidad" a Sadam, después de haber trabajado "hasta la extenuación" para que acatara las resoluciones de Naciones Unidas.