Desde la época de Marcos, el Ejército filipino ha hecho gala de un alto grado de politización. Está acostumbrado a intervenir en los asuntos civiles, ya sea para apoyar revueltas populares, como la que derribó al dictador en 1986, y a Estrada en el 2001, o para intentar desviar la voluntad de las urnas. Corazón Aquino, viuda del asesinado líder Benigno Aquino, sufrió siete intentonas de golpe de estado. Gloria Arroyo, hija del presidente Diosdado Macapagal, acaba de superar la primera.*Periodista.