John Allen Mohamed, el francotirador que aterrorizó a Washington y su área metropolitana durante tres semanas el pasado otoño asesinando a sus vecinos indiscriminadamente será ejecutado. Así lo decidió ayer en Virginia Beach (Virginia) un jurado de siete mujeres y cinco hombres, tras cinco horas de deliberaciones. "La pena de muerte está reservada para lo peor de lo peor, y Mohamed entra en esa categoría", subrayó satisfecho el fiscal Paul Ebert.

El jurado recomendó el castigo máximo, por partida doble, a este veterano de la guerra del Golfo. La primera condena, para castigar el asesinato de Dean Harold Meyers, de Manassas (Virginia), mientras que la segunda pena capital se aplica de acuerdo con la ley antiterrorista aprobada en Virginia tras el 11-S.

Mohamed, que tiene 42 años y es negro, será el primer ejecutado al amparo de esta normativa, al considerar el jurado que perpetró sus asesinatos para aterrorizar a la población. Además, el jurado consideró que debería cumplir también 10 años de cárcel por conspirar para cometer sus crímenes, y otros 3 por usar ilegalmente un arma de fuego.

El francotirador será oficialmente sentenciado por el juez Le Roy Millette el próximo 12 de febrero. Aunque el magistrado podría suavizar estas penas, cambiando por ejemplo las condenas a muerte por cadena perpetua, es muy improbable que lo haga, dado que Virginia es un estado célebre por su dureza contra los reos. Virginia es después de Tejas el estado norteamericano que ha ejecutado a más reclusos desde el restablecimiento, en 1976, de la pena de muerte: 89. Tejas ha aplicado la pena capital a 310 presos.

Precisamente por ello, el fiscal general, John Ashcroft, se inclinó por permitir que Virginia fuera el primer estado en juzgar a Mohamed y a su compinche, Lee Malvo, por los 10 asesinatos cometidos en los 16 intentos de homicidio perpetrados en ese estado y en los de Maryland, Alabama, Louisiana y el Distrito de Columbia, donde se encuentra Washington. El estado de Virginia aplica la pena de muerte desde los 16 años, con lo que Malvo, que tenía 17 años cuando se perpetraron los hechos y está siendo juzgado en la localidad de Chesapeake, también puede ser condenado a la pena de muerte por el asesinato de Linda Franklin, una analista de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

LAS APELACIONES Una vez que sea sentenciado oficialmente, Mohamed podrá apelar, un proceso que puede durar años. Al final podrá elegir entre la inyección letal o la silla eléctrica, si se mantiene su sentencia, cuya fundamentación escuchó ayer impasible. "Lo que es seguro es que se divirtieron aterrorizando a la gente, matando a la gente y ese tipo de hombres no merecen estar en la sociedad", subrayó el fiscal.