El presidente de EEUU, George Bush, dijo ayer que no tiene nada que ocultar y que contestó "a todas las preguntas" de la comisión independiente del Congreso que investiga el 11-S. El interrogatorio discurrió sin luz ni taquígrafos, a petición de la Casa Blanca. Duró tres horas.

Bush aceptó ser entrevistado por la comisión acompañado por el vicepresidente, Dick Cheney, y tres abogados más, entre ellos el de la Casa Blanca, Alberto Gonzales. Los letrados tomaron notas de toda la conversación --el único rastro que quedará, junto con las que tomaron los miembros de la comisión, de lo que se dijo-- ya que Bush no permitió que fuera grabada o se hiciera una transcripción de su contenido.

"Si hubiera tenido algo que ocultar no me habría entrevistado con ellos", declaró Bush en la rueda de prensa que dio al término de la comparecencia, que empezó en el Despacho Oval a las 9.30 horas. Bush explicó que ninguno de los abogados le aconsejó que no respondiera a alguna de las preguntas. La Casa Blanca describió la reunión como "un encuentro privado" y no "un testimonio oficial", para proteger al presidente de las críticas sobre el secretismo de la comparecencia.

EVITAR CONTRADICCIONES Bush eludió explicar por qué insistió en tener a Cheney a su lado, cuando la comisión los citó a declarar por separado, como hizo con el expresidente Bill Clinton y el exvicepresidente Al Gore, que testificaron cada uno por su cuenta. "Fue importante para la comisión que vieran cómo trabajamos juntos", se limitó a decir sobre Cheney. La oposición demócrata, no obstante, achacó esa maniobra a la posibilidad de que ambos se contradijeran si declaraban separados.

Bush no prestó juramento antes de contestar a los cinco miembros demócratas y cinco republicanos de la comisión, que investiga cómo pudieron llegar a producirse los atentados del 11-S y si la Casa Blanca hizo todo lo que pudo para prevenirlos. "La mejor forma de proteger a EEUU es seguir a la ofensiva", dijo el presidente, además de subrayar que la nación "aún es vulnerable al terrorismo". El presidente aseguró además que hizo "recomendaciones" a la comisión sobre cómo proteger al país del terrorismo.

PLANTAS QUIMICAS Mientras Bush daba consejos, John Kerry, su rival demócrata en las próximas elecciones, recomendaba al presidente que se ocupe de proteger las plantas químicas de EEUU, todavía susceptibles de atentados "potencialmente devastadores".

"En lugar de engañarnos sobre las armas de destrucción masiva de Irak, ¿por qué no trabaja para intentar evitar que se usen nuestras plantas químicas como armas de destrucción masiva contra nuestro pueblo?", preguntó Kerry a Bush en un discurso en Filadelfia.