La ONU anunció ayer que reforzará la seguridad de sus sedes, después de que en una grabación atribuida al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, se ofrecieran 10 kilogramos de oro a quien acabara con la vida del secretario general, Kofi Annan, y de su enviado en Irak, Lajdar Brahimi. Un portavoz confesó que la organización "se está tomando muy en serio" las amenazas y ha detallado un exhaustivo plan para incrementar sus medidas de seguridad en las sedes de Nueva York y Ginebra.

En Nueva York, el plan para reforzar la protección de la emblemática torre de cristal que cada año visitan un millón de turistas y 100.000 visitantes oficiales se empezó a diseñar hace meses, y cuenta con un presupuesto de 17,6 millones de euros (2.928 millones de pesetas). Con ese dinero se quiere construir una nueva valla elevada alrededor del edificio, protegido por una nueva puerta de acceso. También está previsto instalar iluminación adicional y cámaras. El propio Annan llegó a admitir que tomará precauciones, pero que seguirá con su trabajo diario.

En la sede de Ginebra se están restringiendo ya los permisos de acceso al recinto y se está construyendo una puerta de acceso para reforzar el control de vehículos.

Ayer, la CIA dijo tener una seguridad casi total de que es la voz de Bin Laden la que aparece en la grabación. En la cinta, Bin Laden calificó a la ONU de "herramienta sionista".