El presidente de EEUU, George Bush, siguió ayer en sus trece sobre lo acertado de su invasión de Irak en un discurso ante la Asamblea General de la ONU. Haciendo caso omiso del caos y la violencia rampantes en el país árabe que han desencadenado la guerra, Bush recalcó desafiante que EEUU ha ejecutado en Irak "las justas demandas del mundo", y al pedir a los delegados ayuda para la reconstrucción política y económica del país ocupado, añadió que "la respuesta adecuada ante las dificultades no es retirarse, sino imponerse".

"La ONU y sus países miembros deben responder a la petición del primer ministro iraquí, Iyad Alaui, y hacer más para ayudar a construir un Irak que sea seguro, democrático, federal y libre", dijo Bush ante una audiencia escéptica y fría, que sólo le aplaudió por cortesía al final de sus 25 minutos de alocución.

En ellos, Bush pintó una imagen positiva del futuro de libertad que aguarda a Afganistán y también a Irak, pero no ofreció ninguna estrategia nueva para acabar antes con la violencia en ese país, donde 140.000 soldados siguen estancados sin poder controlar la situación ni marcharse. También eludió mencionar las razones sobre las que basó un ataque no autorizado por la ONU, como las armas de destrucción masiva supuestamente en poder de Sadam Husein, que no han aparecido.

Sin embargo, sí que vinculó al caído régimen de Sadam con el terrorismo, aunque sin mencionar directamente a Al Qaeda, ya que tal conexión ha sido declarada inexistente incluso por la comisión que investigó el 11-S en EEUU. "No hace mucho, los regímenes proscritos de Bagdad y Kabul amenazaban la paz y patrocinaban a los terroristas", recalcó el presidente, y añadió que actualmente "un grupo terrorista asociado con Al Qaeda es uno de los principales que matan inocentes en Irak".

MENOS ARROGANCIA Esta vez, Bush empleó ante la ONU un tono menos arrogante que en septiembre del 2002, cuando conminó a la organización internacional a actuar contra Irak y llegó a calificarla de "irrelevante" si no seguía sus designios. Las miras del presidente estaban puestas ayer tanto en el público internacional, como en los votantes de EEUU que dentro de mes y medio decidirán si le reeligen para el cargo.

Dado que su rival demócrata a la Casa Blanca, el senador John Kerry, le criticó el lunes sin piedad por los "colosales errores de cálculo" cometidos en Irak, donde más de 1.000 soldados estadounidenses han perdido ya la vida, Bush optó por dedicar menos tiempo a defender la invasión y más a temas humanitarios. Mencionó la lucha contra el sida en Africa, la necesidad de poner fin al genocidio de Darfur y la condonación de la deuda al Tercer Mundo. Además, propuso la creación de un "Fondo para la Democracia", orientado a ayudar a los países a organizar elecciones libres.

No obstante, Bush echó mano de un tema popular entre quienes apoyan su reelección: la lucha contra el terrorismo. Precisamente el que le ha dado ventaja en los sondeos. Ante la ONU, pidió ayuda internacional para la guerra contra el terror y recalcó la determinación de su Gobierno a "destruir las redes terroristas donde quiera que operen".