En un fin de semana especialmente sangriento, el Gobierno interino iraquí decretó ayer el estado de emergencia en todo el país, excepto en el Kurdistán. La medida, vigente por 60 días, fue anunciada por la televisión iraquí horas después de que los rebeldes matasen a cerca de 30 policías en la provincia de Anbar. Anoche, el Ejército de EEUU cerró todos los accesos a la ciudad de Faluya e inició intensos bombardeos, síntoma de que está cerca el asalto final.

La fuerza militar parece insuficiente para doblegar a la resistencia iraquí, que ha incrementado sus acciones armadas como respuesta al inminente asalto de las tropas norteamericanas e iraquís a Ramadi y Faluya. Un portavoz del Ejecutivo justificó la instauración del estado de emergencia "por la escalada de violencia y las masacres diarias" que cometen "los terroristas" y que "afectan a mujeres y niños". Está previsto que el primer ministro, Iyad Alaui, explique hoy a los iraquís el contenido del decreto que se mantendrá en vigor hasta mediados de enero, justo antes de la elecciones.

DUROS COMBATES En opinión de algunos analistas, el estado de emergencia es el preludio a la tan anunciada ofensiva contra Ramadi y Faluya. Desde ayer por la noche, nadie puede salir ni entrar a Faluya, que volvió a ser bombardeada. De hecho, las tropas norteamericanas ya libran duros combates con los insurgentes en algunos barrios del extrarradio de la ciudad. "Hemos matado a muchos rebeldes. Mi unidad mató a 20 en una operación la otra noche", aseguró ayer un coronel de EEUU.

Horas antes de que se anunciara el estado de emergencia, la resistencia asaltó tres comisarías de la provincia de Anbar. Al amanecer, unos 200 insurgentes lanzaron un duro ataque de hora y media contra el centro policial de la localidad de Haditha, 200 kilómetros al oeste de Bagdad. Los rebeldes asesinaron a sangre fría a 21 uniformados. "Los asaltantes desarmaron a los policías, y, tras agruparlos, los mataron", dijo una fuente policial.

También fue atacada la comisaría de la vecina Haqlaniya, donde murieron seis policías. El grupo de Abu Musab al Zarqaui se atribuyó ayer tanto los ataques del sábado en Samarra, que acabaron con la vida de más de 30 personas, la mayoría policías, como el de ayer en Haditha.

ATENTADO FALLIDO En Bagdad, un potente coche bomba estalló muy cerca del domicilio de Adil Abdel Mahdi, ministro de Finanzas. En el momento de la explosión, Mahdi no se encontraba en su casa, aunque la deflagración mató a un policía y a un escolta del ministro. También en la capital, dos soldados estadounidenses murieron y cinco resultaron heridos en una serie de ataques de la resistencia contra convoyes militares. En otro atentado, dos soldados británicos cayeron heridos. Y en el sur de la capital, un grupo de hombres armados abatió a tiros a tres responsables de la provincia de Diyala. En Samarra, fueron asesinados dos camioneros turcos.