No eran palabras nuevas, pero fue inusitado escucharlas en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas y que fueran recibidas con aplausos. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se despachó ayer en su intervención en Nueva York contra su homólogo estadounidense, George Bush, al que llamó "diablo", "terrorista" y "tirano". La Casa Blanca optó por minusvalorar el discurso.

"El diablo vino aquí ayer --dijo un teatral Chávez justo antes de santiguarse y continuar --. En este mismo lugar huele a azufre todavía". Su intervención duró 22 minutos, tiempo que le dio para mucho. Enarboló y recomendó la lectura de Hegemonía o supervivencia, de Noam Chomsky, denunció que Bush "habla como el dueño del mundo" y le acusó de apoyar "el terrorismo de la CIA".

La larga ovación tras sus palabras resonó en una sala donde había muchos asientos vacíos. El embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, calificó las palabras del presidente venezolano de "insultantes".