La cúpula militar de EEUU no es partidaria de la repatriación de las tropas desplegadas en Irak a partir del año 2008, como propuso la semana pasada en su informe el Grupo de Estudio de Irak --el llamado informe Baker, sino todo lo contrario. El Pentágono se disponía ayer a recomendar al presidente de EEUU, George Bush un "aumento sustancial" de los 140.000 soldados desplegados durante la sesión de consulta que mantuvo el mandatario en el Departamento de Defensa, según adelantó Los Angeles Times.

Además de este incremento de tropas en un número indeterminado, la junta de jefes del Alto Estado Mayor iba a aconsejar a Bush que lanzase una gran ofensiva militar contra el líder chií Moktada al Sadr como única vía para acabar con la virulencia de los insurgentes y lograr la victoria. "Tenemos que incrementar las tropas, tenemos que convencer al enemigo de que somos serios y nos vamos a poner más duros", comentó una fuente militar al rotativo de Los Ángeles.

Estos consejos se ajustan como un guante al planteamiento del presidente republicano, favorable a perseguir la victoria en Irak en lugar de comenzar a repatriar a las tropas para así sacarlas de una caótica y sangrienta guerra donde ya han caído más 2.900 soldados y se han gastado 495.000 millones de dólares, incluyendo 70.000 millones para el 2007.

Las recomendaciones, sin embargo, chocan frontalmente con lo que piden los ciudadanos. Según un sondeo de Los Angeles Times/Bloomberg, un 52% de los estadounidenses reclama un calendario para la retirada.