Por fin hay resolución de Naciones Unidas sobre Irán, aunque más suave de lo esperado. Tras cuatro meses de conversaciones el Consejo de Seguridad aprobó ayer por unanimidad una resolución que impone sanciones a Irán por su rechazo a suspender su programa nuclear de enriquecimiento de uranio. El texto obliga a todos los países el embargo de material y tecnología que pudiera utilizarse para el desarrollo del programa nuclear iraní.

La decisión fue acogida con satisfacción entre los países occidentales, pese a que EEUU reclamaba sanciones más contundentes, mientras que el Gobierno de Irán reaccionó asegurando que no iba a suspender su programa nuclear.

SANCIONES MÁS DRÁSTICAS La resolución de la ONU también impone la congelación de los activos de determinadas empresas e individuos implicados en los programas iranís. De no cumplir con la resolución, la ONU advierte a Irán de que el Consejo de Seguridad podría adoptar sanciones más drásticas, aunque descarta de momento las militares.

El documento fue suavizado por las presiones de Rusia y China. La resolución aprobada fue elaborada por Alemania, Reino Unido y Francia. El texto subraya: "Irán debe suspender inmediatamente todas sus actividades nucleares en términos de proliferación, incluyendo la investigación y el desarrollo, de forma que pueda ser verificado por el Organismo Internacional de Energía Atómica". Y continúa: "Todos los estados de la ONU deben impedir la entrega, venta o transferencia directa o indirecta de material, equipamiento o tecnología que pueda contribuir a las actividades nucleares y balísticas de Irán".

También se congelarán los activos financieros de compañías y ciudadanos iraníes con intereses en estos programas que aparecen en una lista adjunta a la resolución. Rusia eliminó la prohibición de viajar para estos individuos, aunque los países miembros de la ONU tendrán que vigilar si entran o no a su territorio y, de ser así, posteriormente deberán notificarlo al Consejo.

La resolución dice que en el plazo de 60 días el OIEA debe entregar un informe sobre el grado de cumplimiento del Irán. Los 15 miembros del Consejo de Seguridad han trabajado en ello desde el pasado 31 de agosto. Entonces el órgano ejecutivo de la ONU pidió al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad la "completa suspensión de las actividades nucleares". Irán hizo caso omiso.

PETICIÓN ESTADOUNIDENSE Las sanciones aprobadas ayer son más suaves que las barajadas en octubre en el cuartel general de la ONU. De ahí que el número tres del Departamento de Estado, Nicholas Burns, llamara a la comunidad internacional a tomar más acciones contra Irán. "No vamos a poner todos nuestros huevos en la cesta de la ONU; queremos que los iranís sepan que esto les costará caro y esperamos que el Gobierno de Moscú trabaje con nosotros para enviar un mensaje de unidad a Irán", apuntó Burns. Aunque EEUU prefiere sanciones más duras, Burns señaló que "esta resolución es un claro y poderoso mensaje para Irán".

Teherán condenó las sanciones, afirmando que no tienen ninguna base legal, que está fuera de la Carta de la ONU y que sobrepasa la jurisdicción del Consejo.