El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, apeló hoy a la "buena voluntad" de todos los gobiernos de la UE para cerrar su nuevo Tratado institucional, pendiente de las modificaciones que piden Polonia e Italia. Durao Barroso, en una reunión de dirigentes de partidos populares europeos previa a la cumbre comunitaria que se celebra hoy y mañana en Lisboa, consideró que "no hay razón ni excusa para no alcanzar un acuerdo" sobre el documento.

El presidente de la Comisión señaló que la presidencia alemana de la Unión, realizó "un buen trabajo" durante el primer semestre de este año para acordar las bases del Tratado, cuya redacción concluyó hace dos semanas. La aprobación del documento, que gestiona la actual presidencia lusa de la UE, "se puede alcanzar si todos los países miembros muestran un mínimo de buena voluntad", subrayó Durao Barroso en alusión a los aspectos pendientes del texto. "Precisamos de ese acuerdo y espero ciertamente esa buena voluntad", abundó el político portugués.

Por su parte el primer ministro luso, el socialista José Sócrates, destacó también hoy la necesidad de aprobar en esta cumbre el Tratado para "mostrar al mundo que Europa avanza". Sócrates restó dramatismo a los desacuerdos existentes sobre el texto y expresó su confianza en que los 27 estados miembros logren hoy un consenso. "Estamos muy, muy cerca del acuerdo sobre el Tratado -dijo Sócrates- y va a llamarse el Tratado de Lisboa".

Pero Italia, descontenta con el nuevo reparto de escaños en el Parlamento Europeo, y Polonia, que quiere reforzar los mecanismos de bloqueo de decisiones comunitarias, han puesto en peligro la aprobación del documento durante esta cumbre. La nueva carta institucional de la UE debe poner fin a la crisis abierta en 2005 con el rechazo francés y holandés, en sendos referendos, al fracasado proyecto de constitución europea.