El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se felicitó ayer por el acuerdo al que llegaron los Veintisiete en la capital portuguesa para cerrar lo que en un principio se llamaba Constitución y ahora se ha bautizado como Tratado de Lisboa. "Cada vez que hacemos a la Unión Europea más fuerte estamos convirtiéndonos en un factor con más músculo para influir en el mundo", declaró tras el cierre del consejo informal.

El jefe del Ejecutivo consideró que el pacto alcanzado cierra "un tiempo de turbulencias" de varios años en los que Europa parecía haberse convertido en un mastodonte ingobernable. ¿Cuándo volverá la UE a estar en crisis y se replanteará lo que ayer cerraron los 27 dirigentes? Según Zapatero, dentro de "mucho tiempo". "Espero que el Tratado de Lisboa dure mucho tiempo, porque ha sido una tarea difícil", afirmó. También recordó que tardará en "ponerse en práctica". Tanto como dos años: en el 2009.

En este consejo informal, España se ha situado con los países que querían cerrar más pronto que tarde la última crisis de la UE. El Ejecutivo ha colaborado a última hora cediendo en un asunto que ya se ha convertido en objetivo de crítica por parte de la oposición del PP: el reparto de 17 escaños por la nueva distribución de sitios en el Europarlamento.

El Gobierno, según explicó el secretario de Estado para la Unión Europea, Alberto Navarro, aceptó sin quejarse los cuatro diputados que le adjudicó la Cámara (hasta llegar a 54), pese a que podría haber reclamado un quinto, argumentando el crecimiento de población de los dos últimos años. El secretario general de los populares, Ángel Acebes, se apresuró a denunciar que España "tiene menos fondos europeos y menos peso político por la incapacidad que tiene Zapatero de defender" los intereses del país.

A VUELTAS CON NIZA Esta crítica contrastó con la versión de Zapatero, que echó en cara a los populares, sin mencionarlos, que España perdiera 14 escaños por el Tratado de Niza (de 64 a 50) en el 2000. "Entonces fuimos los que más perdimos y ahora somos el país que más gana", declaró el jefe del Ejecutivo. "Esto es bueno para la representación de los intereses españoles en las instituciones europeas", añadió. La disminución de eurodiputados españoles fue el precio que José María Aznar quiso pagar para tener un nivel de voto en el Consejo de Ministros muy similar al de Alemania --que entonces le doblaba en población a España--.

Los dirigentes de los Veintisiete países también abordaron ayer, entre otros asuntos, las consecuencias del cambio climático. En este capítulo, Zapatero apostó por que la UE continúe manteniendo "el liderazgo" en esa lucha y desempeñe un papel líder en la cumbre de Bali (Indonesia), en diciembre. En esa ciudad deberá decidirse el llamado protocolo de pos-Kyoto, el nuevo acuerdo internacional para reducir los gases de efecto invernadero.