Algo más de media Polonia saboreaba ayer el descalabro electoral de los hermanos Kaczynski y algo menos de media se lamía las heridas, entre sonoros suspiros de alivio en las cancillerías europeas. Con el fin del tenso bienio del Gobierno de Ley y Justicia (PiS), el partido de los gemelos, se espera un descenso de la temperatura política interna, pero también un vuelco de la política exterior.

Con el escrutinio al 99%, los resultados confirmaban la victoria de la liberal Plataforma Cívica (PO) de Donald Tusk, con un 41,4% de los votos y 209 de los 460 escaños del Parlamento. El PiS no pasaba del 32,1%, que le daba 166 diputados. Aunque Tusk no soltará prenda hasta hoy, nadie duda de que los liberales van a asegurarse la mayoría pactando con el moderado y pragmático Partido Campesino, que aportará su 8,9% de los votos y sus 31 escaños. Su líder, Waldemar Pawlak, admitió que "la negociación ya ha comenzado".

MÁS EUROPA Y MENOS EEUU Cara al exterior, con sus dos primeros anuncios los liberales ponen de nuevo rumbo a Europa y marcan cierta distancia con Washington, todo lo contrario de lo visto en el bienio de los Kaczynski. Así, el mismo domingo, un alto responsable de la Plataforma, Jacek Saryusz-Wolski, hacía público que Polonia adoptará la carta europea de los derechos fundamentales, ferozmente combatida por los gemelos.

Saryusz-Wolski afirmó que la estrategia de conflicto y bloqueo de los dos últimos años "no ha aportado nada y ha degradado la imagen de Polonia", y prometió "modernidad y una participación muy activa en la UE".

Otro dirigente del partido, Bogdan Zdrojewski, declaró ayer que la presencia de las soldados polacos en Irak no pasará del año que viene, y que la misión en Afganistán debe ser redimensionada. La instalación de parte del escudo antimisiles en suelo polaco no se discute, aunque probablemente el nuevo Gobierno pida compensaciones.

En la prensa polaca de ayer, cada cual contaba la feria según le había ido. Para una de las voces más críticas con los Kaczynski, el diario socialdemócrata Gazeta Wyborcza, "la Polonia de la esperanza" derrotó a "la Polonia del resentimiento". El progubernamental Rzeczpospolita mostraba, obviamente, mucho menos entusiasmo: "Veremos si Tusk es capaz de gobernar con el ímpetu que ha puesto en la campaña".

ILUSIÓN Los liberales barrieron en la capital, y en las calles de Varsovia se palpa el optimismo. "Estoy muy contenta. Basta ya de hablar del pasado, es hora de ocuparse del desarrollo económico y de la gente", afirmaba Joanna, una informática de 30 años, mientras paseaba a su hija de 11 meses por el enorme parque Lazenski. "Europa nos ve como un país orgulloso e incapaz de comprometerse. Esto debe cambiar", añadía.