El proyecto de EEUU de instalar un escudo antimisiles sigue siendo visto como una amenaza por el presidente ruso, Vladimir Putin, que ayer comparó esa situación con la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en 1960, que casi desemboca en la tercera guerra mundial. Aunque eso sí, después, para suavizar, calificó de "amigo" al presidente George Bush.

En la cumbre entre la Unión Europea y Rusia, celebrada ayer en Portugal, Putin anunció avances en la promoción de los derechos humanos, con la creación del instituto euro-ruso sobre la materia, e invitó a la OSCE para las legislativas y las presidenciales. Pero luego pasó al ataque y recurrió a la retórica de la guerra fría para rechazar el proyecto estadounidense. Putin recurrió a la historia y se remontó a la crisis de los misiles, cuando la URSS instaló armamento nuclear en la isla caribeña, a pocos kilómetros de Florida. "Ellos se sintieron amenazados, pero ahora esa amenaza está siendo instalada en nuestras fronteras", se quejó el presidente de Rusia.