Los países de la UE siguen "bastante divididos" respecto a la estrategia que hay que seguir para lograr que Cuba avance hacia la democracia, pese a haber decidido levantar las sanciones del 2003 e iniciar el diálogo político.

El gesto de los países europeos "quiere ser un mensaje de aliento a la población cubana" tras los tímidos cambios introducidos por Raúl Castro, según dijo ayer Dmitrij Rupel, el ministro de Exteriores de Eslovenia, país que ostenta la presidencia de turno. No obstante, eso no impide que algunos miembros, como Alemania, República Checa, Dinamarca, Suecia y Holanda tengan "muchas dudas" sobre las consecuencias, aseguró Rupel.

El paso adelante dado por los Veintisiete, propuesto por España, abre un horizonte para Cuba si cumple unas exigencias que, hasta ahora, habían sido desoídas. Esas peticiones incluyen la liberación de todos los presos políticos, el acceso a las cárceles de los organismos internacionales y la ratificación de los pactos de derechos humanos de la ONU.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, instó a los Veintisiete a "aprovechar e intensificar ese espacio de diálogo, que es lo que más conviene al pueblo cubano", aseguró.

Por otra parte, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, amenazó ayer con no vender petróleo a los países de la UE que apliquen la nueva normativa de inmigración aprobada en el Parlamento Europeo el miércoles.