El nuevo gobierno central de Cosa Nostra, la Mafia siciliana, que debía devolver el poder a los ancianos y restablecer la tradición de la organización criminal en toda Italia, fue decapitado ayer con las primeras luces del día, mientras sus miembros estaban todavía en la cama.

La vieja generación mafiosa, con representantes de más de 80 años, no ha logrado imponer su dictado a las nuevas generaciones porque 1.200 carabinieri, armados con todo tipo de micrófonos y de microcámaras, llevaban siguiéndoles nueve meses y ayer decidieron, por fin, tirar de las redes. Según los investigadores de las brigadas criminales, la nueva cúpula criminal iba a desatar una guerra intestina para imponer la ley de la tradición, y por eso ayer arrestaron a 99 personas.

Entre los arrestados en la operación de ayer se encuentran 31 capos, varios regentes y numerosos gregarios que, para la refundación de Cosa Nostra, contaban con el aval de los líderes detenidos Salvatore (Totò) Riina y Bernardo Provenzano, y del capo fugitivo Matteo Messina Denaro. Sin embargo, dos familias de Palermo, provincia que dentro de Cosa Nostra cuenta más que las otras, rechazaban algunos nombramientos de la nueva cúpula mafiosa, por lo que, con toda probabilidad, se habrían producido enfrentamientos internos resueltos con sangre.

"COSAS GRAVES" La decisión de hacer "cosas graves", eufemismo mafioso para referirse a los asesinatos, se tomó el pasado 14 de noviembre en una reunión celebrada en un garaje que los carabinieri estaban siguiendo palabra por palabra, lo que prueba el grado de infiltración de los agentes secretos. Las dos anteriores guerras civiles entre mafiosos dejaron, en los años 70, 1.000 muertos por año.

Piero Grasso, fiscal nacional antimafia, ha explicado que "si Cosa Nostra estaba ya de rodillas, con esta operación se le ha impedido volver a levantarse, porque han sido cortadas todas las cabezas pensantes de una nueva estructura de mando que habría tenido que decidir, como en el pasado, cosas graves".

Entre los detenidos figuran el anciano capo Benedetto Capizzi y varios miembros históricos de la organización, como Gerlando Alberti, Gregorio Agrigento, Giovanni Lipari, Gaetano Fidanzati y Salvatore Lombardo, este último de 87 años. Aprovechando que habían sido excarcelados por razones de edad y enfermedades varias, celebraban sus reuniones en un hospital, donde contaban con la complicidad de algún enfermero. Los investigadores han explicado que "su objetivo era rediseñar la geografía mafiosa, dándose un capo único a la manera antigua".

ESTRUCTURACIÓN Según ilustró en 1991 Giovanni Falcone, magistrado y memoria histórica de Cosa Nostra, la organización siciliana se estructura a partir de la base criminal, con sondeos previos y elecciones, hasta llegar al nombramiento de una cúpula insular, conocida como comisión o región. Esta elabora las líneas estratégicas que cada familia o clan aplica autónomamente donde se encuentre.