La ola de protestas en Grecia se inició el 6 de diciembre, cuando Alexandros Grigoropoulos, un estudiante de 15 años, murió de un disparo en el corazón del agente Epaminondas Korkoneas, tras un altercado entre la policía y jóvenes izquierdistas en el distrito de Exarcheia. La muerte del chico degeneró en los peores disturbios desde la restauración de la democracia en 1974.