La ofensiva de la coalición internacional en Afganistán para recuperar el control del feudo talibán de Helmand está generando un goteo de muertes de civiles que ya suma una veintena. El mando militar de la OTAN dio cuenta ayer de la muerte de otros tres civiles el pasado domingo.

La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad se limitó a informar de que estos tres civiles perdieron la vida "accidentalmente" en distintos puntos de Nad Ali, localidad muy próxima a Marjah, epicentro de la operación.

Dos afganos fueron confundidos con insurgentes y resultaron heridos en un fuego cruzado. Fueron trasladados a un hospital pero uno murió. El segundo ciudadano que falleció el domingo se aproximó a una patrulla pese a tener órdenes de que se alejara y fue víctima de disparos. En el tercer caso, otro civil murió en circunstancias similares.

A estos tres civiles hay que sumar los cinco que el lunes perdieron la vida en Kandahar en un ataque aéreo de la coalición, que pensó que unas personas que cavaban una zanja estaban instalando una mina. El error más mortífero se produjo el sábado cuando dos proyectiles se desviaron de su trayectoria e impactaron contra una casa.

Ayer, cuarto día de la ofensiva, la coalición internacional seguía encontrando resistencia en el país. Las minas y los francotiradores son las principales amenazas.