La cumbre euromediterránea se celebrará en Barcelona la tercera semana de noviembre, según ha afirmado hoy tras el Consejo de Ministros la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.

La carrera de obstáculos a la que parece condenada la incipiente Unión por el Mediterráneo (UpM), que institucionaliza la cooperación entre la Unión Europea (UE) y los países de las riberas sur y este del Mare Nostrum, parece no tener límites, pero al menos dispone de una fecha de celebración.

La cumbre euromediterránea que debía celebrarse en Barcelona el próximo 7 de junio ha quedado aplazada para noviembre, según ha anunciado también esta tarde el portavoz del presidente egipcio, Hosni Mubarak (que ostenta una de las dos copresidencias de la UpM) y han confirmado fuentes del Ministerio de Exteriores español.

La decisión ha sido adoptada conjuntamente por el Gobierno español, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, y las dos copresidencias de la UpM (Francia y Egipto) ante la evidencia de que el evento se encaminaba hacia un estrepitoso fracaso.

Fuentes diplomáticas españolas han intentado quitar hierro a este fiasco y aseguran que los convocantes han preferido dar más tiempo a las "conversaciones de proximidad" entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que acaban de comenzar, auspiciadas por EEUU.

ESCASAS PERSPECTIVAS

Pero más allá de las escasas perspectivas en lo que respecta al contenido político, lo cierto es que la cumbre de Barcelona se enfrentaba al boicot de muchos países árabes por la presencia del ministro de Exteriores israelí, el ultranacionalista Avigdor Lieberman, a la que Israel tampoco estaba dispuesto a renunciar. Esta situación, que se arrastra desde hace meses, ya había provocado la cancelación de una reunión de ministros de Exteriores de la UpM en Estambul.

El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, intentó salvar la cumbre in extremis con una gira por Oriente Próximo la semana pasada, de la que pareció regresar relativamente satisfecho. Sin embargo, ahora se ha hecho evidente que no logró el objetivo pretendido.

La cancelación arroja inevitablemente otra sombra sobre la presidencia española de la UE. La cumbre de Barcelona debía ser uno de los momentos culminantes del semestre, al igual que la abortada cumbre entre la UE y EEUU que tampoco ha llegado a celebrarse por la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de no viajar a Europa en esta ocasión.

La cumbre de la Unión por el Mediterráneo (UpM), que debía celebrarse el 7 de junio en Barcelona, ha sido postergada, según ha confirmado hoy una portavoz del Ministerio español de Asuntos Exteriores. España ha acordado este aplazamiento junto con Egipto y Francia, países que copresiden la organización, con la voluntad de dejar que israelís y palestinos logren "un avance notable" en las negociaciones indirectas que mantienen para alcanzar un acuerdo de paz.

El aplazamiento también busca, según Exteriores, dar tiempo a las negociaciones para que la cumbre pueda celebrarse en un contexto que facilite su éxito y que sirva como "contribución a la paz y la seguridad en la zona".

BARCELONA, EN EL AIRE

La portavoz no ha podido precisar las nuevas fechas en que se celebrará el encuentro ni si Barcelona seguirá siendo la ciudad que acogerá la cumbre.

La cumbre de la UpM en Barcelona era el último gran acto organizado por España dentro de su semestre de presidencia de la Unión Europea. Se trata de la segunda ocasión que se suspende o aplaza una cumbre prevista durante la presidencia española, tras la cancelación de la cumbre UE-EEUU programada en mayo en Madrid por el deseo de Barack Obama de reducir sus viajes.

POSIBLE BOICOT

La asistencia de los estados árabes a la cumbre de la UpM en Barcelona fue puesta en duda la semana pasada por la prensa israelí al asegurar que países como Siria y Egipto amenazaban con boicotear la cumbre si asistía a ella el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman.

Lieberman es visto con recelo en los países árabes por sus posiciones derechistas y por haber mandando "al infierno" a Mubarak en un discurso público en el 2008, cuando era diputado.

Ese posible boicot nunca fue confirmado por los gobiernos de Damasco y El Cairo, mientras que la Liga Árabe, que tiene su sede en la capital egipcia y que estaba invitada a la cumbre de Barcelona, había confirmado que asistiría a la conferencia.