El príncipe saudí, Saud bin Nasir al Saud, sabrá hoy cuántos años deberá pasar en la cárcel por haber asesinado a su sirviente, Bandar Abdulaziz. Tras una corta deliberación, un jurado en el tribunal del Old Bailey de Londres llegó ayer a la conclusión de que el nieto del rey de Arabia Saudí, de 34 años, asesinó de una brutal paliza a su criado de 32 años. Al Saud apeló a la inmunidad diplomática cuando fue detenido, un privilegio que no se aplica en el Reino Unido.

La vista oral celebrada ayer sirvió para constatar que en la agresión había implícito "un elemento sexual" y que fue la culminación de una relación "profundamente abusiva", con frecuentes ataques del príncipe a su empleado, "por simple placer personal". El crimen tuvo lugar el pasado 15 de febrero en el Hotel Landmark, un lujoso establecimiento del barrio londinense de Marylebone, donde los dos compartían habitación. Allí habían llegado tras una larga gira de placer por el mundo.

UN VIOLENTO SAN VALENTÍN Después de tomar una abundante cantidad de champán y cocktails para celebrar San Valentín, el príncipe golpeó, mordió en las mejillas y terminó estrangulando a Abdulaziz. Las cámaras de seguridad del hotel habían captado ya con anterioridad al agresor propinando al sirviente puñetazos y patadas.

Tras el asesinato, Al Saud pasó horas al teléfono hablando con su país y tratando de buscar la manera de encubrir lo que había hecho.

A la policía le contó que se había despertado y había encontrado a Abdulaziz muerto.