"Welcome, welcome". Con esas palabras acogieron ayer los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) a la nueva responsable de la diplomacia española en Luxemburgo en medio de efusivas muestras de cordialidad, mientras Trinidad Jiménez se movía con soltura entre sus colegas de las distintas delegaciones nacionales en torno a la mesa de la reunión, repartiendo también sonrisas y saludos.

"¿Bienvenida al club? ¿Por qué no?", se preguntó en voz alta Trinidad Jiménez antes de iniciarse la sesión ante los más que entusiastas saludos de sus homólogos varones y en una velada referencia al carácter predominantemente masculino de la diplomacia europea.

Aunque el Consejo de Ministros de Exteriores representó ayer una novedad, Jiménez se movió con seguridad y aplomo, ya que se ha convertido en una veterana protagonista de las reuniones ministeriales europeas debido a sus anteriores responsabilidades en el Ejecutivo.

Como ministra de Sanidad, se fogueó intensamente en los complejos arcanos de las negociaciones comunitarias, en especial durante el primer semestre de este año. A lo largo de ese periodo, Jiménez presidió el Consejo de Ministros de Asuntos Sociales europeo y consiguió el difícil acuerdo político sobre la directiva de asistencia sanitaria europea, que corrigió los excesos ultraliberales del proyecto inicial.

Durante las discusiones en el seno del Consejo de Ministros europeo de Luxemburgo, Trinidad Jiménez defendió "de forma muy apasionada" los argumentos del Gobierno español en favor de abrir una nueva etapa en las relaciones con La Habana, según destacaron fuentes diplomáticas de otros países que asistieron a la reunión.

La nueva ministra destacó ayer por su "vehemencia" en la exposición de la posición española y "fue tan lejos como podía llegar", sin amedrentarse por las reticencias y reservas de una serie de países europeos, incluida la todopoderosa Alemania, precisaron las citadas fuentes diplomáticas.

Jiménez ensalzó además la labor de su antecesor en el cargo, Miguel Ángel Moratinos, y atribuyó todos los méritos de la flexibilización de la postura europea hacia Cuba al paciente trabajo desempeñado por él.