Un tsunami provocado por un seísmo causó ayer al menos 108 muertos en el oeste de Indonesia. La cuenta aumentará en las próximas horas, porque numerosas personas siguen desaparecidas en las aldeas situadas frente a la costa de Sumatra.

La isla más castigada fue South Pagai, donde el tsunami se adentró 600 metros tierra adentro. El 80% de las viviendas quedaron dañadas, concretó un responsable del Departamento de Pesca. "De los 200 residentes solamente se han localizado 40. Unas 160 siguen desaparecidas, en su mayoría niños y mujeres. Muchos nos han informado que no encuentran a sus hijos, arrastrados por el agua", siguió.

Mujiharto, al frente del Ministerio de Salud indonesio, dijo que una ola de tres metros de alto barrió cientos de casas en Mentawai, una cadena de islas remota y poco poblada. "Ya tenemos listas 200 bolsas para cadáveres, por si acaso", anunció. Una decena de pueblos han quedado bajo los efectos del tsunami, según fuentes oficiales. El terremoto, de 7,5 grados de magnitud, se había producido el lunes a 78 kilómetros de South Pagai, y destruyó la mayoría de casas de la aldea costera de Betu Monga.

Mentawai, a 280 kilómetros de la costa de Sumatra, solo es accesible por barco, y se ha convertido en los últimos años en un popular destino surfero. El tsunami sorprendió a un grupo de australianos --muy habituales en esta zona--, algunos de los cuales siguen desaparecidos. "Notamos un ligero temblor bajo el barco. En unos pocos minutos, escuchamos un tremendo estruendo", dijo Rick Hallet, empresario australiano en Sumatra.

ESPAÑOLES A SALVO Fuentes diplomáticas informaron de que no se tenía constancia de que hubiera españoles entre las víctimas. Las mismas fuentes aseguraron que cinco surfistas cántabros que se hallaban en la zona se encuentran sanos y salvos.

También en Indonesia, las autoridades evacuaron a miles de residentes por la erupción del volcán Merapi. Su actividad ha ido incrementándose este fin de semana hasta alcanzar las 500 explosiones diarias. Unas 40.000 personas ya han sido trasladadas y se ha fijado un perímetro de seguridad de 10 kilómetros.