GUERRA CIVIL EN ORIENTE PRÓXIMO

Asad aparece rezando mientras Siria se desangra en la violencia

Mueren 47 personas durante el primer día de la fiesta musulmana del Sacrificio

ANA ALBA

Mientras el presidente sirio, Bashar el Asad, se dejaba ver en público ayer rezando en una mezquita de Damasco para celebrar la fiesta musulmana del sacrificio (Aid al-Adha), su pueblo seguía muriendo en una guerra que ha causado 33.000 muertos a pesar de la tregua pactada entre el régimen y la mayoría de grupos rebeldes con mediación internacional para que hubiera paz en estas fiestas.

Los esfuerzos del enviado especial de la ONU a Siria, Lajdar Brahimi, no sirvieron de nada porque el alto el fuego duró solo tres horas. Las fuerzas de Asad y los rebeldes se acusaron mutuamente del fracaso, que costó la vida a 47 personas en todo el país --16 civiles, 19 soldados y 12 rebeldes--, según datos ofrecidos por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

MANIFESTACIONES La jornada empezó con cierta calma y decenas de personas aprovecharon para salir a la calle a manifestarse en contra del régimen de Asad en localidades como Deraa, Deir al-Zur y Homs. Pero la paz se esfumó rápidamente. Los combates se reanudaron en diferentes puntos del país, especialmente en Homs, Damasco, Deraa y Alepo. "La tregua se ha hundido", aseguró el presidente del OSDH, Rami Abderrahman.

El Ejército acusó a "grupos terroristas armados" de haber dinamitado el alto el fuego y la oposición responsabilizó a las fuerzas de Asad de haber bombardeado áreas con población civil. La tregua quedó definitivamente hundida cuando estalló un coche bomba en el barrio de Def al-Shuk de la capital siria y provocó al menos cinco muertos y 32 heridos, entre los cuales habría varios niños, según indicó la Comisión General de la Revolución Siria (CGRS).

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