EL AMBIENTE EN LAS CALLES

Sin 'Obamanía'

Tanto israelís como palestinos reciben al presidente de EEUU sin esperanzas de cambio, sin entusiasmo y con buenas dosis de apatía

Sin 'Obamanía'

Sin 'Obamanía'

A.A.

La fachada del mítico hotel King David de Jerusalén apenas puede verse desde hace unos días. Está cubierto con lonas blancas y la calle donde se ubica, cortada al tráfico y repleta de policías. Obama se aloja aquí y la vida de los vecinos del barrio se ha complicado. "Con todos estos plásticos, Obama no verá nada, ni se va a enterar de lo que pasa en Israel, no sé para qué ha venido. Dice que quiere reanudar el proceso de paz, pero ¿qué paz? Eso depende solo de los árabes y no están por la labor", asegura una israelí que vive cerca del hotel. David y André, en cambio, creen que la visita de Obama es "muy positiva". "Aunque solo sea porque al estar aquí sabrá cuáles son nuestros problemas y cómo ayudarnos mejor", argumentan.

Obama no goza de una especial popularidad entre los israelís, que según algunas encuestas piensan mayoritariamente que es "neutral" en el conflicto entre Israel y Palestina e incluso algunos lo tildan de "desfavorable" a Israel. "Para cambiar esta opinión creo que Obama ha optado por dirigirse a los jóvenes, en lugar de hablar en la Knesset con los políticos", apunta Ruth Shapira, estudiante de la Universidad Ben Gurion de Bersavé, entusiasmada con el discurso que Obama pronunció ayer ante 600 estudiantes.

"La primera parte ha sido muy pro-israelí, pero la segunda ha sido valiente, ha hablado de la ocupación y el sufrimiento de los palestinos. Obama cree que los jóvenes somos la generación de la paz y prefiere implantar sus ideas entre nosotros que dedicarse a convencer a un Gobierno que no es favorable a las negociaciones", subraya Ruth.

Leila, una palestina de Haifa (norte de Israel), no está tan entusiasmada con el discurso de Obama. "Ha hablado de Israel como Estado judío y yo no soy judía pero vivo en Israel. No sé si es que pretende que los palestinos nos marchemos. Estoy decepcionada, pensaba que venía a impulsar la paz", dice.

Permiso para rezar

Los palestinos no esperan que la Casa Blanca resucite el proceso de paz y piensan que si se retoma no servirá de mucho. "Hace tantos años que estamos así, mi familia y la de mi marido lo perdieron todo en 1948 (cuando se creó el Estado de Israel), casas y tierras. Soy cristiana, para ir a rezar a Jerusalén tengo que pedir permiso a los isrelís y solo me lo dan en Semana Santa. Obama es bienvenido a Palestina, pero ¿va a cambiar algo? No", lamenta Mariam, profesora de la escuela Saint Joseph de Belén, mientras se le caen las lágrimas.

Desde la llegada de Obama se han originado protestas en Cisjordania, Hebrón, Belén y Ramala. Hace dos días, un grupo de activistas plantó tiendas de campaña en el territorio palestino entre Jerusalén y el asentamiento de Maale Adumim, donde Israel quiere construir una nueva colonia.

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