Al frente de Mali, donde 4.000 soldados franceses libran un arduo combate contra el terrorismo islámico de Al Qaeda, François Hollande añadió ayer el de la República Centroafricana. El presidente decidió reforzar el contingente militar en este país tras la entrada de los rebeldes del grupo Séléka en la capital del país, Bangui, donde tomaron el palacio presidencial.

En un comunidado del Elíseo, la presidencia francesa argumentó el envío de más soldados a fin de "asegurar, si fuera necesario, la protección de los franceses que allí residen". Según fuentes oficiales, París ha enviado 350 militares, que se añaden a los 250 efectivos que ya había en esta antigua colonia francesa, independizada en 1960 pero que conserva la lengua de Molière y una importante relación económica con París.

Hollande confirmó que el presidente centroafricano, François Bozizé, ha abandonado el país e hizo un llamamiento "a la calma y al diálogo entorno a un Gobierno surgido del acuerdo de Libreville del pasado 11 de enero".

El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, instó a los franceses que viven en el país africano, unos 1.500, a conducirse con "la mayor prudencia" y les pidió que se queden en sus domicilios. La inestabilidad de la región del centro de Africa se ha convertido en una pesadilla para Francia, que tiene 15 rehenes, cuatro de ellos niños, en manos de grupos terroristas, mientras los combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes continúan en el norte de Mali.