El expresidente francés Nicolas Sarkozy, imputado la semana pasada por presunto "abuso de debilidad" sobre la octogenaria millonaria heredera del imperio cosmético L'Oréal, Liliane Bettencourt, dijo hoy que es una decisión "infundada".

Además, asegura que la imputación del juez por ese caso es "injusta" y señala en la red social Facebook que nunca durante el ejercicio de sus funciones traicionó los "deberes" de su cargo.

"Quiero afirmar que en ningún momento durante mi vida pública traicioné los deberes de mi cargo", explica el líder conservador en la que es su primera declaración directa desde la imputación.

"Voy a dedicar toda mi energía a demostrar mi probidad y mi honestidad. La verdad acabará por triunfar. No lo dudo", agrega el expresidente.

"Por supuesto que no reclamo ningún trato especial, si no es el de cualquier ciudadano, de tener derecho a una justicia imparcial y serena", indica en el mensaje.

"Como tengo confianza en la institución judicial, utilizaré las vías del derecho que tiene todo ciudadano a su disposición", concluye.

El domingo pasado, el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, cuestionó la imparcialidad del juez que inculpó al expresidente.

"Podemos al menos cuestionarnos la imparcialidad de ese magistrado", declaró el letrado en una entrevista que publicó el semanario "Le Journal du Dimanche".

Herzog reprochó al juez Jean-Michel Gentil haber firmado una columna de opinión en el vespertino "Le Monde" en la que acusaba al expresidente de haber puesto en marcha una política que "protege a los corruptos".

"Cinco días después de la firma de esa tribuna, el mismo juez llevó a cabo cuatro registros en el domicilio de Nicolas Sarkozy, en su despacho y en el despacho de su secretaria", precisó el abogado.

Añadió que, en los registros, el juez se llevó las agendas del expresidente, donde solo figura una cita en casa de los Bettencourt, que data del 24 de febrero de 2007.

En esa cita, reconocida por Sarkozy, estaba presente también el marido de Bettencourt.

El juez, basándose en el testimonio de algunos empleados domésticos de la millonaria familia, considera probable que Sarkozy visitara en otras ocasiones la casa de los Bettencourt, algunas de ellas tras la muerte del patriarca.

En esas visitas, según el magistrado, pudo aprovecharse de la debilidad mental de la octogenaria para obtener de ella dinero destinado a la financiación de su campaña para las elecciones presidenciales de 2007.

Por ello, el pasado jueves, Gentil decidió inculpar a Sarkozy, que hasta ese momento era testigo asistido en la causa.