Controversias en el Reino Unido

Cameron reducirá los beneficios sociales de los inmigrantes

El 'premier' británico pinta ahora a los extranjeros como unos aprovechados de las ayudas públicas. El líder conservador busca frenar el constante ascenso político de la ultraderecha del UKIP

BEGOÑA ARCE

David Cameron prometió restringir ayer el acceso a los beneficios sociales para los inmigrantes llegados de países de dentro y de fuera de la Unión Europea. En un discurso, que cifras y datos altamente fiables desmienten, Cameron presentó una imagen de los extranjeros como unos aprovechados, llegados de fuera para explotar un sistema de ayudas sociales demasiado complaciente. El fomento del miedo a la inmigración y la promesa de mano dura están contribuyendo al ascenso por la derecha del Partido de lndependencia (UKIP) a costa de los conservadores. La retórica de Cameron debe ser interpretada teniendo en cuenta esa circunstancia.

De acuerdo con los planes presentados ayer, el subsidio de desempleo, hasta ahora ilimitado, se reducirá a seis meses, a menos que el demandante pueda demostrar que tiene una posibilidad real de conseguir trabajo y de haberlo estado buscando activamente. El conocimiento de un inglés suficiente para poder encontrar un empleo será un factor a tener en cuenta.

A partir de la próxima primavera, los extranjeros recién llegados no tendrán derecho a solicitar inmediatamente una vivienda social, como ocurre ahora. Deberán pasar al menos dos años como residentes en la comunidad para que puedan solicitar a las autoridades locales uno de estos alojamientos de renta baja.

TURISMO SANITARIO El acceso gratuito a la sanidad pública (NHS) para los inmigrantes se mantendrá, pero las autoridades británicas están mirando cómo recortar en varios millones de libras los costes en asistencia a los ciudadanos de la Unión Europea, protegidos actualmente por acuerdos recíprocos con la NHS. Cameron propone, además, acabar con lo que llama "el turismo sanitario", refiriéndose a los extranjeros que llegan con la única intención de disfrutar gratis de los servicios médicos.

El primer ministro evocó la posibilidad de exigir la posesión de un seguro médico obligatorio a todos aquellos que proceden de países ajenos a la Unión Europea. "Debemos ser claros. Tenemos un servicio de salud nacional gratuito. No tenemos un servicio internacional gratuito".

Pero los datos de una organización neutral y respetable como es el National Institute of Economic and Social Research (Nieser) ponen en tela de juicio el enfoque del Gobierno. De los dos millones de inmigrantes llegados al Reino Unido de ocho países del Este de Europa desde que entraron en la UE, en el 2004, solo 13.000 han solicitado el subsidio de desempleo.

Y mientras en la oficina del primer ministro cifran en un 40% el aumento de los alquileres sociales para los inmigrantes desde el año 2007, ese porcentaje únicamente se ha incrementado, según Nieser, entre un 6,5% y un 9%.

Jonathan Portes, director de Nieser, es categórico. Las estadísticas muestran que "quienes llegan de fuera del Reino Unido y en especial de la UE piden muchos menos beneficios sociales que la gente que vive aquí. Su nivel de empleo, por ejemplo, es significativamente más alto que el de los británicos".

"Todas las pruebas --añade-- indican que los que vienen aquí desde países de la UE realizan una contribución neta sustancial para los servicios sociales. Pagan más de lo que obtienen a cambio". Aunque el discurso de los políticos y de cierta prensa afirme lo contrario, para Portes es solo una cuestión de "sentido común", porque los que llegan son mayoritariamente gente joven que trabaja y paga sus impuestos.

La guerra a la inmigración ilegal es otra de las prioridades de Cameron. El primer ministro anunció nuevas medidas para perseguir a quienes se hallen en situación irregular, privándoles del carnet de conducir, impidiendo que abran cuentas bancarias o tengan tarjetas de crédito, multando a los caseros que les alquilen viviendas y aumentando las sanciones a los patronos que les den empleo. Al ser detenidos, los inmigrantes ilegales serán, según las propuestas de Cameron, expulsados inmediatamente a sus países de origen y solo desde allí podrán recurrir la expulsión, si la consideran improcedente. El liberal Nick Clegg, número dos del Gobierno, propuso el pago de una fianza a quienes entren con un visado temporal, depósito que podrán recoger cuando retornen.

El discurso de ayer pretende tranquilizar a la opinión pública, inquieta por el posible nuevo flujo de extranjeros desde Rumanía y Bulgaria a partir del 2014. Las autoridades británicas emplean todas las medidas a su alcance para poner trabas a los nuevos inmigrantes.

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