La cancillera alemana, Angela Merkel, ha batido este domingo todos los pronósticos y ha conseguido su mejor resultado electoral, con un 41,5% de los votos, aunque no podrá contar para gobernar con su actual aliado, los liberales, que quedaron sin escaños. El Partido Socialdemócrata (SPD), liderado por Peer Steinbrück ha obtenido el 25,7% de los sufragios, con lo que apenas han mejordo dos puntos y medio sus pésimos resultados de hace cuatro años.

Los aliados de Merkel, el Partido Liberal (FDP), han obtenido un 4,7% de los votos, lo que les deja fuera del próximo Parlamento federal (Bundestag) e impediría por lo tanto a la cancillera una reedición de la actual coalición de gobierno. Así que solo habrá otras dos fuerzas más en el Bundestag (Parlamento federal) y ambas perdiendo apoyo entre el electorado: La Izquierda, que aglutina a excomunistas y disidentes del SPD, ha logrado un 8,6% de los votos; y los Verdes, el 8,4%.

Con unos resultados ajustados entre los cristianodemócratas y el bloque opositor, Steinbrück ha despejado la única incógnita que podía hacer dudar de un nuevo mandato de Merkel: aunque los tres partidos de la oposición lograran la mayoría de los escaños, el SPD no se aliará con La Izquierda, partido al que considera "no apto" para gobernar. "La pelota está ahora en el tejado de Merkel. Ella debe ver cómo hace para lograr una mayoría", desafío el candidato socialdemócrata a la cancillera tras felicitarle por su éxito.

Merkel, entre gritos de "Angie, Angie" y ante el júbilo de todos los simpatizantes reunidos en la sede de la CDU, ha subrayado el "excelente" resultado logrado por su partido y su socio bávaro y aseguró que "actuará con responsabilidad" ante el "claro mandato" obtenido para gobernar cuatro años más.

La sorpresa

Y es que la principal sorpresa de los comicios, a pesar del precedente de las elecciones celebradas en Baviera hace una semana, ha sido la salida del Parlamento del Partido Liberal (FDP). Este tradicional partido bisagra, presente en 17 de los 22 gobiernos que ha habido en la república federal desde la Segunda Guerra Mundial, no llegó al5 % de los votos necesarios para conseguir escaños, sino que se quedó en el 4,7%.

Las opciones de Merkel están pues limitadas: o gobernar en minoría --algo que no ha ocurrido nunca en el país--, aliarse con Los Verdes --que en campaña han ido de la mano de los socialdemócratas-- o reeditar la "gran coalición" con el SPD con la que ya gobernó durante su primera legislatura (2005-2009). Entonces Steinbrück fue su ministro de Finanzas, pero el hoy perdedor candidato ha dejado claro que no formará parte de nuevo de un gobierno de gran coalición.

Los euroescépticos de Alternativa por Alemania (AfD) han quedado solo a dos décimas de conseguir escaños, con lo que, apenas siete meses después de su creación, el partido ha constatado que su ideario, que incluye la salida voluntaria del euro de los países en crisis, tiene acogida entre los votantes de la primera economía europea.

El partido de los Piratas, tras varios éxitos a nivel local y regional, se ha quedado sin ninguna perspectiva de entrar en el parlamento federal, con un 2,2 %.

Récord personal y de partido

Merkel, que ganó sus primeras elecciones con el 35,2% de los votos y las segundas con el 33,8%, no solo ha mejorado su récord personal, sino que ha obtenido el mejor resultado de los cristianodemócratas en las últimas dos décadas.

Los electores alemanes volvieron a depositar la confianza en una mujer que no ha dudado en reconocer que buena parte del milagro de Alemania, capaz de sortear la crisis que ahoga a otros socios europeos, se debe a la importancia de las reformas estructurales que aprobó su predecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder.

Con la tasa de desempleo más baja de las últimas dos décadas y unas cuentas públicas saneadas, los votantes han confirmado las tesis de los analistas y politólogos: Alemania no quiere el cambio.