El número de solicitudes de eutanasia y suicidio asistido aumentó un 13 % en 2012 en Holanda, llegando a 4.188 solicitantes en este año, según un informe de los comités sanitarios regionales encargados de evaluar estos procedimientos en el país.

Los investigadores de estos centros apuntan a que este incremento en las solicitudes, que comenzó a experimentarse en 2006, con 1.923 peticiones de muerte asistida, puede deberse a la mayor aceptación social que la eutanasia ha alcanzado en el país.

La mayoría de las peticiones las realizaron personas con cáncer, 3.251, y en el 80 % de los casos de suicidio asistido los pacientes solicitaron morir en casa.

Del total de procedimientos realizados en este período, los comités regionales, encargados de determinar si los casos de suicidio asistido y eutanasia se llevaron a cabo dentro de la legislación vigente, derivaron diez a la inspección de sanidad del país.

En dos de estos procesos, los comités regionales consideraron que no podía determinarse con claridad si el consentimiento se había hecho de forma consciente, pues los pacientes asistidos padecían demencia.

Holanda reguló el derecho a la muerte asistida en el año 2001, dando a los pacientes la posibilidad de solicitar la eutanasia (el médico administra fármacos al paciente) o el suicidio asistido (el propio paciente consume los fármacos, proporcionados por el equipo médico).

Todo ciudadano mayor de 12 años puede solicitar una de estas vías de muerte asistida, si bien sólo a partir de los 16 años se considera que el paciente tiene total capacidad de decisión.

El equipo médico debe trasladar al comité regional competente la información relativa a cada proceso de eutanasia o suicidio, para que evalúe que se cumplieron los requisitos mínimos que plantea la ley, como la expresión clara y consciente de la voluntad del paciente.

En los casos en que el médico no respetara los criterios mínimos, las penas podrían alcanzar hasta los doce años de prisión en el caso de la eutanasia y tres años en el de suicidio asistido.