Justo antes de que Obama hablara en la ONU lo hizo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que, en un duro alegato contra los programas de espionaje de EEUU, los definió como "violación de las leyes internacionales".

"Es insostenible argumentar que la intercepción ilegal de información y datos pretende proteger del terrorismo", dijo Rousseff, que aseguró que "sin derecho a la privacidad no hay libertad, no hay democracia".

Obama soslayó el tema y dijo que EEUU "ha empezado a revisar cómo colecta información" para equilibrar seguridad y privacidad.