La mayor siderúrgica venezolana, la nacionalizada Siderúrgica del Orinoco (Sidor), retomó hoy sus operaciones tras una huelga de quince días por reivindicaciones salariales que mantuvo paralizadas las instalaciones y que dejó millonarias pérdidas, según uno de los sindicatos.

Los trabajadores decidieron poner fin a la huelga después de que el fin de semana la empresa, que está en manos del Gobierno tras su nacionalización en 2008, se comprometió a honrar las exigencias de los sindicatos, como el pago de aumentos con carácter retroactivo y otros complementos salariales.

"Hemos retomado las labores normalmente", dijo a Efe Yuris Hernández, presidente del sindicato Unidad Matancera, corriente que integra el más amplio Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y sus Similares (Sutiss).

Hernández señaló que, producto de la huelga, se interrumpió la producción de barras y placas de acero y se dejaron de facturar unos 250 millones de dólares al quedar suspendida la producción y los despachos.

Los trabajadores exigen al Gobierno un nuevo cálculo para el pago de utilidades -participación salarial en base a los beneficios de la empresa-, la cancelación de sumas retroactivas a 2008, el pago de una prima diurna por trabajador y una nueva fórmula para establecer las escalas salariales.

Hernández sostuvo que el Gobierno accedió a cada una de las demandas y que abonará a los trabajadores hasta 200.000 bolívares (31.746 dólares al cambio oficial) en concepto del pago de utilidades atrasadas, según la antigüedad laboral de cada una de las 14.000 personas que componen la fuerza laboral de la empresa.

Sin embargo, advirtió que un primer abono en concepto de pagos retroactivos debe realizarse este viernes y que de no efectuarse, podrían convocar una nueva huelga.

"De no cumplir el viernes, podemos asegurar con toda responsabilidad que volveremos a parar la planta", afirmó.

Sidor, ubicada en el estado minero de Bolívar (sureste), es actualmente controlada por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), y ha sido escenario de diversos conflictos laborales tras su nacionalización, ordenada por el fallecido Hugo Chávez.

El Gobierno venezolano acordó compensar a su anterior dueño, el conglomerado siderúrgico argentino Ternium, con 1.970 millones de dólares.

Según información publicada en el sitio web de la empresa, Sidor es el cuarto productor de acero integrado de América Latina y el principal de la región andina, con una capacidad en torno a los 4 millones de toneladas de acero líquido por año, aunque sectores de la oposición cuestionan esa cifra y la gestión estatal de la compañía.